Tormentas Del Corazón

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La luna brillaba débilmente en el cielo nublado, apenas iluminando el puerto donde dos figuras se enfrentaban. El viento arrastraba las palabras como susurros, pero los ojos de ambos ardían con una intensidad que no necesitaba ser explicada.

Luffy: ¡No entiendo por qué estás tan enojado, Law! ¡Solo intentaba ayudarte!

Law: (Respirando profundamente, con la voz cargada de frustración) No necesito tu ayuda, Mugiwara-ya. Nunca la he necesitado. ¿Por qué te empeñas en intervenir en mis asuntos?

Luffy apretó los puños, su ceño fruncido mostrando su incomprensión y enojo.

Luffy: ¡Porque somos amigos, idiota! ¡Te cuidas demasiado a ti mismo y nunca piensas en cómo te afectan las cosas!

Law: (Con una risa amarga) ¿Amigos? ¡No tienes idea de lo que significa esa palabra! ¡No cuando no respetas mi voluntad!

El silencio se apoderó de la escena. Ambos respiraban agitados, las emociones colisionando entre ellos como olas furiosas en una tormenta. Sin una palabra más, Law se dio la vuelta y comenzó a alejarse, sus pasos resonando en el muelle vacío.

Luffy: (Gritando, desesperado) ¡Law! ¡Vuelve!

Pero Law no se detuvo. No podía. Su corazón latía desbocado, un tumulto de emociones que no podía controlar. Sintió un dolor agudo en el pecho, pero lo ignoró. No podía permitirse ser débil, no ahora, no cuando había decidido alejarse de todo lo que le recordaba a él.

Semanas pasaron y el dolor en el pecho de Law no había desaparecido. Más bien, se había intensificado, acompañado de mareos y una constante fatiga. Se sentía extraño, fuera de sí mismo, pero lo atribuyó al estrés de la separación y a su constante necesidad de mantenerse en movimiento para no pensar en Luffy.

Hasta que un día, sintió una punzada más profunda, un dolor que lo hizo caer de rodillas. Se llevó una mano al vientre, jadeando, y una idea terrible cruzó su mente.

Law: (Susurrando para sí mismo, con una mezcla de pánico y confusión) No… No puede ser…

Decidió visitar a su médico de confianza en una isla cercana. Después de varios análisis, el veredicto era innegable: estaba embarazado. No solo eso, sino que estaba esperando mellizos. La noticia lo golpeó como una tormenta repentina en altamar.

Médico: (Con voz calmada) Estás en tu segundo trimestre, Trafalgar. Debes tener más cuidado, tu cuerpo está bajo mucho estrés.

Law apretó los dientes, su mente giraba con mil pensamientos. ¿Cómo no lo había notado antes? ¿Cómo había sido tan descuidado?

Law: (En voz baja, casi con miedo) Esto… esto no puede ser…

Pero no podía ignorarlo. La vida dentro de él crecía, y con cada día que pasaba, el peso de la verdad se hacía más difícil de cargar.

Una tarde, mientras Law descansaba en una cabaña apartada cerca del bosque, sintió un cosquilleo familiar en su piel. El viento cambió de dirección, y su corazón se aceleró. Antes de que pudiera procesarlo, escuchó una voz que nunca dejaría de reconocer.

Luffy: (Entrando apresurado) ¡Law! ¡Tengo que hablar contigo!

Law se levantó lentamente, cubriéndose el vientre con la mano. No esperaba ver a Luffy tan pronto, y menos aún con sus emociones tan descontroladas.

Law: (Frunciendo el ceño) ¿Qué estás haciendo aquí, Mugiwara-ya?

Luffy: (Con expresión de arrepentimiento) Quería disculparme… por lo que dije ese día. No quería que te fueras así… Te extrañé mucho, Law.

Law sintió un nudo en la garganta, su instinto le decía que protegiera a sus hijos, pero también sentía la necesidad de enfrentar la verdad con Luffy. Decidió no ocultar más.

Law: (Con voz firme, aunque temblorosa) Luffy, yo… Hay algo que debes saber.

Luffy lo miró con confusión, pero cuando vio la forma en que Law sostenía su vientre, sus ojos se abrieron con sorpresa.

Luffy: (Con un susurro lleno de asombro) ¿Estás… embarazado?

Law asintió lentamente, sus ojos llenos de lágrimas que luchaba por contener.

Law: (Casi en un susurro) Mellizos, Luffy… Son tuyos.

Por un momento, el mundo pareció detenerse. Luffy dio un paso hacia adelante, la mezcla de incredulidad y alegría iluminando su rostro.

Luffy: (Con voz suave, llena de emoción) Law… yo…

Antes de que pudiera decir algo más, Law se tambaleó ligeramente, el peso de las emociones y su estado físico comenzando a pasar factura. Luffy lo atrapó rápidamente, sosteniéndolo con cuidado.

Luffy: (Urgentemente) ¡No te esfuerces! Lo siento tanto, Law… Por favor, déjame estar a tu lado… Déjame cuidarte a ti y a nuestros hijos.

Law cerró los ojos, agotado pero sintiendo el calor reconfortante del abrazo de Luffy.

Law: (Con un suspiro) Está bien… Pero no es tan fácil, Luffy. Tenemos mucho de qué hablar.

Luffy asintió con firmeza, dispuesto a enfrentarse a cualquier tormenta por el bien de Law y los mellizos que pronto llegarían al mundo.

Luffy: (Sonriendo con determinación) Lo sé, Law. Pero no me rendiré. Nunca me rendiré contigo.

Y así, en medio de la confusión, el dolor y el miedo, ambos encontraron un atisbo de esperanza, una nueva razón para luchar. Porque al final del día, el amor verdadero nunca se rinde, ni siquiera ante las tormentas más fuertes.

One shots luffy x law Donde viven las historias. Descúbrelo ahora