Los Vientos Del Destino

32 1 0
                                    

En el vasto mundo de los mares, donde piratas surcaban las olas en busca de aventuras y libertad, existían fuerzas que iban más allá de la comprensión humana. En este universo, el destino de los alfas, omegas y betas estaba marcado por la luna y las estrellas, donde la pasión y la lealtad eran tan feroces como las tormentas que azotaban el mar.

Trafalgar D. Water Law, un omega de mirada afilada y corazón gélido, comandaba el submarino *Polar Tang* con una precisión quirúrgica. La reputación del "Cirujano de la Muerte" era conocida en todos los mares, temido por sus enemigos y respetado por sus aliados. Sin embargo, su vida estaba marcada por una soledad autoimpuesta, una barrera que levantó alrededor de sí mismo para protegerse de las expectativas y deseos que su condición de omega traía consigo.

En un encuentro fortuito, el destino llevó a Law a cruzarse con Monkey D. Luffy, un alfa inusual y despreocupado, cuyo único deseo era encontrar el legendario One Piece y convertirse en el Rey de los Piratas. Desde el primer momento, Luffy sintió una atracción hacia Law que no lograba comprender del todo. No era solo la fascinación por su poder o su inteligencia, sino algo más profundo, algo que se aferraba a su instinto.

Una noche, bajo la luz de la luna llena, en una isla desierta, Luffy y Law se encontraron a solas después de una intensa batalla contra un enemigo común. Mientras sus tripulaciones descansaban, Luffy decidió acercarse a Law, notando que el omega se mantenía alejado, observando el mar en silencio.

—¿Qué haces aquí solo, Torao? —preguntó Luffy, usando el apodo que solía molestar a Law, pero que con el tiempo se había convertido en un término casi afectuoso.

Law suspiró, sin voltear a verlo, su vista fija en el horizonte. —Solo necesitaba un poco de paz. Este mundo no deja mucho espacio para eso, ¿verdad?

Luffy se sentó junto a él, cruzando las piernas. —No entiendo por qué te alejas tanto de todos. Somos amigos, ¿no?

Law lo miró de reojo. —Luffy, tú no entiendes… No es tan simple para alguien como yo. Mi condición… mi vida… está destinada a ser solitaria.

—Eso no es verdad —replicó Luffy con firmeza—. No tienes que estar solo, Torao. Yo estoy aquí. Y no me importa lo que seas, omega, alfa o lo que sea. Eres mi amigo, y eso es lo único que importa.

Las palabras de Luffy resonaron en el corazón de Law, derribando algunas de las barreras que había erigido. Pero aún había algo que temía. —Luffy… Si te acercas demasiado, no podrás escapar de lo que viene después.

—No tengo intención de escapar —respondió Luffy, inclinándose hacia él—. Nunca lo he hecho, y no empezaré ahora.

Antes de que Law pudiera responder, Luffy lo tomó por el mentón y lo besó. Fue un beso suave al principio, pero pronto la necesidad y el deseo que ambos habían reprimido durante tanto tiempo explotaron en una pasión desenfrenada.

Esa noche, bajo la luna llena, un vínculo inquebrantable se formó entre ellos, uno que ni el tiempo ni las adversidades podrían romper.

Meses pasaron desde aquella noche, y mientras la relación entre Luffy y Law se fortalecía, también lo hacían los desafíos que enfrentaban. Law, siempre el estratega, temía lo que su unión podría traer. Sabía que su cuerpo, como omega, estaba destinado a responder al alfa que lo había reclamado, y aunque confiaba en Luffy, el miedo a la pérdida de control lo atormentaba.

Un día, mientras navegaban por una región peligrosa del Nuevo Mundo, una tormenta inesperada los sorprendió. El mar se enfureció, y las olas golpeaban el barco de los Sombrero de Paja con una ferocidad implacable.

En medio de la tormenta, Law sintió un dolor punzante en su abdomen, seguido de un mareo abrumador. Tratando de ocultar su malestar, se retiró a su habitación, pero Luffy, siempre perceptivo a su manera, lo siguió.

One shots luffy x law Donde viven las historias. Descúbrelo ahora