Pov. Kimberly
Me quedé paralizada por completo. Al escuchar aquel nombre, comencé a recordar nuevamente todo lo que había ocurrido ese día, como esta mañana. Sentía el dolor de los golpes que había recibido en mi rostro y en mi cuerpo como aquel día. Como le rogaba al idiota para que me soltara, me dejara en paz, mientras recibía más golpes. Pero lo que más me duele, es que mi propio novio haya sacado esa estúpida conclusión, sabiendo lo que él y yo hemos sufrido por la misma razón.
Miré sorprendida mis manos. Estaba temblando.
—Kimy... —susurró mi nombre con un tono de preocupación.
No respondí. No quería hablar con él, ni con nadie. Quería largarme de aquí.
— ¡No te acerques! —dije sin pensarlo dos veces cuando él dio un paso hacia delante.
Tan solo me di media vuelta, y me fui corriendo de ese lugar. Comencé a correr sin importar a donde me llevaran mis pies, tan solo quería estar lejos de todo lo que me rodeaba. Sentía correr las lágrimas en mis mejillas, pero no iba detenerme.
Pov. Lishi
Al terminar mi turno, tomé mi ropa del casillero y me fui acompañada de Niel a casa. Debía ponerme un poco más decente, aunque para mi gusto yo estaría con una sudadera y pantalones holgados.
Cuando salimos del hospital, encendí mi celular para ver si mi hermana me había extrañado un poquito, pero no había ninguna señal de ella. Ningún mensaje que dijera, tienes una llamada perdida de tu hermana, nada. No me quedó más opción que encogerme de hombros y pensar que estaba bien y a salvo con Kwang Min en casa.
Cuando estábamos en camino, Niel me invitó a comer un helado. Sin ninguna duda, acepté. Amaba los helados, los adoraba, los...los, simplemente cada vez que veía un puesto de helados corría para comer uno.
— ¿De qué sabor quieres tu helado, Lishi? —me pregunta Niel, mientras él hacía el pedido.
Esta vez quería algo diferente, así que le dije que pidiera helado de pistacho y frutilla. Él asintió.
Finalmente tenía mi helado en las manos y retomamos tranquilamente nuestro camino.
Tenía el helado frente a mí, acercándolo hacia mis labios para poder degustar aquella mezcla de sabores, cuando de pronto siento algo frío en mi nariz. Niel había empujado el cono de helado ¡EN MI NARIZ!
Mis ojos se estrecharon —Guau, que romántico —. Dije con sarcasmo, seguido de una risa.
Una sonrisa inocente apareció en su rostro. —Lo lamento...pero no te preocupes, yo lo arreglo.
Se acercaba hacia mí, y sabía lo que él tenía planeado hacer. Cerré los ojos mientras trataba de alejarme — ¡No, no! ¡No te acerques!
Una risa maliciosa salió de él, y con sus manos cogió mi mandíbula, acercándome hacia él. Lo único que hice fue cerrar mis ojos al sentir sus labios sobre mi nariz. Sentí un leve cosquilleo acompañado de un poco de asco. No es porque no sea tan abierta con mis sentimientos, pero para mí esa era una nueva sensación. Al igual que sentir como mis mejillas ardían.
— ¿Qué es esto? —cuestioné mi raro comportamiento.
— ¿Amor?—rió, burlándose de mí.
Fruncí el ceño y lo fulminé con la mirada. Él se encogió de hombros como respuesta.
Luego de esa "gran escena romántica", llegamos a casa. Cuando entramos no había nadie, y me dije que Kim estaría en este momento con Kwang Min, así que después de que le dije a Niel que se sentara a esperarme, me fui a mi habitación. No tenía ni la menor idea de que ponerme, así que para no complicarme demasiado tomé mis jeans ajustados claros, la polera que amaba, esa que decía: Si no lees, entonces vete al carajo, con una chaqueta negra y unas vans.
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Un Sueño Hecho Realidad
FanfictionPrólogo Kimberly, una chica de 23 años que junto a su mejor amiga Lisha, viajarán a realizar sus sueños al país al que siempre desearon conocer y en el que cambiarán por completo sus normales vidas. En un mundo totalmente diferente a lo que ellas im...