Capitulo 4

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Pov. Lishi

Nos faltaba muy poco para poder llegar a nuestra nueva casa y Kim se encontraba totalmente ansiosa no sé si por el hecho de que nos mudaremos o porque va a salir con Yesung esta noche...la verdad creo que es por lo último. Llegando al lugar comenzamos a llamar a la señora que salió inmediatamente del lugar después de eso.

-Guau chiquillas...llegaron rápido- dijo sonriendo.

-Si...espero que no la hayamos molestado señora- Kim se reverenció. La señora entrecerró sus ojos y volvió a sonreír. Era una señora muy amorosa.

-No, no, claro que no...y para su gratitud está todo listo...- la señora miró a través de sus hombros mientras se acercaba un joven apuesto detrás de ella.

-¡oh!...-gritó sorprendida por la llegada del desconocido chico -que bueno que llegaste hijo...quería presentarte a estas hermosas y amorosas chicas que fueron las que compraron la casa...sé que son las elegidas... ¿qué dices tu hijo mío?-

Él comenzó a mirarnos y frunció el ceño - eso espero...- nos miró fijamente, sus ojos demostraban desconfianza pero miedo a la vez.

-No se preocupen...cuidaremos mucho este lugar, siempre hemos...-

-No nos importa lo que ustedes hagan....solo quiero que lo cuiden más que a su propia vida, esta casa era de mis padres, y desde que mi madre se quedó sola...- interrumpió a Kim. El chico hablaba con un gran dolor en su corazón. Volví mi mirada hacia la señora, ella agachó su cabeza apenada por lo que su hijo decía -juramos con mi hermano de que la cuidaríamos, pero no por eso estoy muy contento con esta venta, una parte de nosotros se ira y se quedará aquí con ustedes...- sus ojos comenzaban a brillar y lágrimas comenzaron a salir de ellos, incómodo.

-Lamentamos el que se sientan así...juro que voy a cuidar este lugar más que a mi vida, sé que esta casa significa mucho para ustedes, muchos recuerdos pero cuando quieran pueden venir a visitarla...aun seguirá siendo su casa...- dijo Kimy mientras rápidamente abrazaba al chico. Mis ojos se abrieron por completo por lo que había hecho Kim.

El chico le correspondió y la abrazó llorando desconsoladamente. Ella acariciaba suavemente la espalda del chico consolándolo. Quedé totalmente sorprendida. La señora cubría con sus manos su rostro para que no la viéramos llorar, este momento se volvió muy dramático que me conmovió.

-Si...no se preocupen, su casa estará bien...- dije confirmando. El chico un poco incómodo por lo ocurrido se aleja lentamente de Kim, mientras que ella agachó su cabeza para que no notaran su cara totalmente avergonzada.

-Emmm...bueno madre, no tenemos de que preocuparnos- miró a Kim y sonrió un poco avergonzado aun con lágrimas que se habían alojado en su rostro.

-¿Ves? Te dije que estas chiquillas son unos amores...- dijo tiernamente la señora abrazando a su hijo sacudiéndolo de un lado a otro mientras nos miraba. El chico solo asintió y volvió a mirar a Kim aunque esta vez de una forma totalmente diferente. Como si el abrazo hubiese provocado otro sentimiento hacia Kim. Eso me preocupaba.

Después de haber terminado con todo lo de la emotividad y de que pudimos instalarnos ya en el lugar, comenzamos a desempacar. Teníamos algunas cosas frágiles que habíamos traído de nuestro país, algunos vasos de cristal, tazas, cubiertos y algunas cosas que nos recordaban allá. Había una foto en la que salíamos Kim y yo en las playas de Viña del Mar. Teníamos 15 años en ese entonces. Habíamos salido de gira de estudios por esos lugares y nos hospedábamos en Valparaíso, fueron unos maravillosos momentos que jamás olvidaré.

Comencé a reír cuando recordé algo que había ocurrido en esos días -¿De qué te ríes Lishi?- me preguntó curiosa Kim.

-Mmmm...no, de nada- comencé a evadir su pregunta tratando de ordenar mis diplomas y cuadros en la pared de la sala de estar.

Un Sueño Hecho RealidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora