Capítulo 2

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Lira

-¿Y? ¿Dónde está el famoso profesor del que no paraste de hablar mal todo este fin de semana? -me burlé de Valery-. Yo solo veo a Harry Potter -dije riendo por el apodo que le habíamos asignado al adscrito de la materia, que ciertamente se parecía mucho al actor.

-Gracias al cielo no llegó aún.- me susurra, pues la jefa de cátedra comenzó a hablar acerca del trabajo que nos envió.

Pasaron los minutos de la forma mas lenta y aburrida de toda la vida , tan aburrido que comencé a tomar notas en un comienzo y terminé por querer preparar el café para no dormirme. Cuando tomo la mochila me doy cuenta que no traía el café . Mierda.

Mire con una sonrisa inocente a mi compañera y esta me miró con cara de ¿ qué hiciste ahora?.

-Me vas a matar.- ya le advierto de antemano. Ella frunce el ceño.

-¿Qué pasó? -pregunta.

-Me olvidé el café -respondo con una sonrisa de disculpa. Ella niega con la cabeza, pero rápidamente se me ocurre algo-. Ya sé, voy a pedírselo al chico que tenía para prestar -digo, y ella asiente.

Segundos después, me levanto, incapaz de soportar el ambiente sofocante del aula. La cátedra estaba tan llena que casi no se podía respirar, y la vieja que estaba dando clase no paraba de hablar como un loro. Necesitaba salir de ahí.

Camino por el pasillo, que como nunca estaba desolado, tal vez porque era sábado. Éramos pocos los cursos que teníamos clases ese día. Al doblar por una esquina, de repente choco con alguien, y los papeles que llevaba esa persona caen al suelo, esparciéndose por todas partes. Instintivamente, me agacho para recogerlos, sintiéndome culpable por el accidente.

-Uy, perdón -me disculpo rápidamente mientras junto los papeles. Al instante me doy cuenta de que la persona con la que choqué es un hombre, pues una exquisita fragancia invade mis fosas nasales. Él también se ha agachado para recoger algunos papeles de su lado.

-No pasa nada, está bien -responde. Su acento llama mi atención; no parecía de por aquí. Una vez que recojo los papeles, se los extiendo. Ambos seguimos en cuclillas y, al mismo tiempo, nos miramos, quedando muy cerca.

Casi jadeo. Era hermoso. Un semi-dios.

Me quedé sin aliento un momento, perdida en sus ojos. Eran de un azul intenso, casi hipnotizante, y su rostro tenía una atracción que no se veía todos los días. Sentí mi corazón acelerarse y me di cuenta de que lo estaba mirando fijamente.

-Gracias -dijo él cortes.

Sacándome de mi ensimismamiento. Tomó los papeles de mi mano y se puso de pie. Yo lo seguí aún un poco aturdida.

Tuve que inclinar la cabeza hacia arriba para mirarlo a los ojos. Era mucho más alto de lo que parecía cuando estábamos agachados recogiendo los papeles. Frente a él, me sentía diminuta. "Esta es la altura recomendada por mi médico", pensé, tratando de calmar mis nervios con un poco de humor interno.

-No hay problema -dije finalmente, con una sonrisa nerviosa, antes seguir mi camino.

-Espere, no me dijo su nombre.- cortó mi andar el guapo hombre.
Me giré para mirarlo otra vez y rogué por no tartamudear en aquel momento.

-Lira...me llamo Lira Sayers.- me presenté.

-Sayers.- susurró ¿disfrutando mi apellido?.- Bien señorita Sayers, nos vemos.- se despidió esta vez se giró el y siguió su camino.

No me dijo su nombre, que mal educado. Pensé.

Mientras caminaba por el pasillo, me sumergí en mis pensamientos, tratando de procesar lo que acababa de suceder. El encuentro había sido tan inesperado como impactante.

A medida que avanzaba, me vino a la mente lo que Valery y otras chicas habían estado diciendo durante toda la semana. De repente, todos esos comentarios entusiastas y suspiros se unieron en una sola imagen: ese hombre tenía que ser el nuevo profesor del que tanto hablaban.

Claro, ahora todo tiene sentido, pensé.

Por supuesto que Valery no dejaba de hablar de él. Pero lo extraño es que no me dijo que era guapo, sino más bien me advirtió sobre él , ella es muy propina a ver las auras de las personas y vio la de él.

Profesor VersackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora