El primer consejo

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El señor Kim llegaba a altas horas de la noche pavoneandose en su nuevo auto.

-Amor y ese auto? -preguntaba su esposa

-Ah, un cliente que me debía desde hace años me lo dejo como crédito.

-esta increíble papá -decia Taehyung, pero y si lo vendes?, así ocuparíamos el dinero para comprar cosas que hacen falta.

- mejor trabaja, yo ya me canse de mantenerte —decia el hombre haciendo que Taehyung hiciera una mueca de tristeza.

-Ese coche se ve bastante caro -decia Jennie- creo que Tae tiene razón, puedes comprar un auto más económico y quedarte con el resto del dinero

-Basta de hablar del coche, tu que noticias me tienes? Ya te reconciliaste?

Jennie sentia raro que su padre le hablara de lo más normal en cuestiones de su relacion, sobretodo el interés que este tenia — si hoy nos arreglamos, todo esta bien.

- esa es mi hija! Hazle saber quien manda cariño, eres una Kim! Tu debes de tomar el control de esa relación, debes ser la parte fuerte y que se haga lo que tu dices. Entendido?

-Si papá.

-después te daré unos consejos para que la tengas aqui- el hombre señalaba la palma de su mano. - si lo haces tal como lo digo serás mi orgullo.

Jennie no podía creer la aceptación y las palabras que le decia su padre, algo estaba haciendo bien y si tenía que seguir al pie de la letra lo que le decia su padre a cambio de un poco de cariño ¿quien era ella para negarse?.

-por ahora el primer consejo es que siempre te muestres segura de lo que quieres, se dominante en tus acciones o acaso tu te sentirías segura de estar con alguien que no sabe tomar decisiones?

Jennie negaba

-lo ves? Nos vamos a entender bien, Me ire a dormir, me siento cansado buenas noches familia-—el hombre se levantaba para abrazar a sus hijos. comúnmente el señor Kim cuando estaba de buenas los trataba con un poco de cariño, haciéndoles sentir que habían hecho algo bien para recibir un abrazo de este.

-—¿ves?, el no es malo Tae, solo tenemos que entenderlo un poco- decia Jennie cuando su padre se alejaba.

Taehyung rodaba los ojos—-si tu lo dices, pero yo no creo ni una mierda lo del auto, pero ya no pienso discutir contigo, me ire a dormir también, descansa.

Jennie negaba con la cabeza y se despedía de su madre para subir a su habitacion, decidió darse una ducha para poder descansar mejor, al salir de ella se encontró con esa mirada color miel que tanto le fascinaba, Lisa estaba sentada al borde de la cama esperándola.

La castaña se quedó anonadada al ver salir a la pelinegra envuelta en una toalla con el cabello mojado, trago saliva e intento ver al techo pero había algo que la atraía a no despegar la mirada—te traje galletas, las hice yo misma-decia la castaña.

Jennie tenia las mejillas rojas como un tomate pero el consejo de su padre invadia sus pensamientos, pronto un comentario seductor salio de su boca contrarrestando su nerviosismo.

-No me digas que te pongo nerviosa? No es como si no me hubieses visto antes.- decia Jennie tomando la caja de galletas  — gracias seguramente me dará hambre más tarde o no es así?

-no me tientes Ruby Jane, sabes perfectamente que desde la última vez mis pensamientos ya no son de una niña.

-Entonces de que son? — preguntaba Jennie provocativamente.

-creo que llegamos a mucho más que simples besos y verte así solo me hace querer repetir más a fondo lo que hicimos.

-Que tan a fondo? —preguntaba Jennie acercándose a los labios de la castaña.

Lisa trago saliva para después colocar sus manos en las caderas de Jennie, la toalla se sentia húmeda y eso hacia más fascinante el sentimiento —muy a fondo — respondía esta.

Jennie comenzo a besar a Lisa, fusionandose en un beso húmedo y provocador, Lisa atrajo más cerca a Jennie haciendo que la pelinegra se sentara arriba de Lisa colocando sus piernas de un lado a otro.

A la castaña no le importaba sentir el cabello mojado de Jennie, era demasiado exitante ver caer las gotas sobre su cuello y algunas llegar hasta el borde de sus pechos.

-¿quieres hacerlo?- preguntaba Lisa provocativamente sin dejar de besar a Jennie.

-Si quiero, pero espera. —Jennie se levantaba para poner seguro a su puerta y apagar la luz, al hacer eso, dejo caer la toalla a los ojos de Lisa, la castaña podia visualizar el cuerpo completamente desnudo de su chica con la poca luz que entraba por la ventana.

-dios mio, eres hermosa —Lisa se levantaba inmediatamente de la cama para pararse frente a Jennie, comenzo a acariciar su espalda con la yema de sus dedos, tocando sus desnudas caderas y posteriormente apretar un poco sus glúteos, Jennie comenzaba a gemir y a desabotonar el pantalon de Lisa, para despues pasar a la parte de arriba y quitar su playera dejándola únicamente en topless.

Jennie jaló a Lisa hasta su cama acostándose poco a poco encima de la castaña mientras esta se recostaba al mismo tiempo.

- las manos de ambas que ya habían sentido el cuerpo de la otra con anterioridad, querían sentir mucho más.

Lisa se quito la última prenda que le hacía falta sintiendo la intimidad de Jennie cerca de la suya, el calor que se generaba era alucinante provocando que sus centros se mojaran el uno al otro, las chicas comenzaban a frotarse entre si, sintiendo la más hermosa fricción como nunca antes.

Jennie bajaba poco a poco su mano cerca del vientre de Lisa para posar sus dedos sobre la vagina de su novia y esta pudiera introducirse con su propio movimiento.

Lisa podía sentir las puntas de los dedos de Jennie, esta moria porque estuvieran dentro de ella, y al compas de la exitacion fue acomodandose hasta sentirlos dentro. Los movimientos se volvian cada vez más placenteros.

Lisa mordía cerca de la clavícula de Jennie para evitar gritar y que estas no fueran escuchadas.

La castañana llego a su climax siendo su turno de devolver todo el placer que había recibido, pero Lisa quería más, quería probar cada centímetro de la piel de su chica. Comenzo chupando sus senos, mientras con sus dedos alborotaba la intimidad de Jennie. Poco a poco baja a su viente y a sus caderas sin dejar de regar besos por todo su cuerpo. Hasta que llego a la zona deseada. Lisa comenzó a lamer la parte intima de la pelinegra como si se tratará de una tapita de yogurth, las manos de Jennie aferrándose a la sabana le hacían saber que lo estaba haciendo bien.

Jennie colocaba sus piernas alrededor del cuello de Lisa y esta cargaba sus glúteos un poco mientras seguía dándole más placer, Lisa, había encontrado su nuevo lugar favorito.

En un par de minutos Jennie cerró sus piernas haciendole saber a Lisa que había llegado a su punto. Lisa se recostó a su lado para darle un par de picos.

-eso estuvo increible- pronunciaba Jennie.

- me acabas de volver adicta a ti, te amo Jennie Kim.

Jennie penso que el consejo de su padre había dado frutos -Te amo lili

Quedándose profundamente dormidas.

Solo Di Mi NombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora