Al día siguiente, la primera luz del sol entraba suavemente en el apartamento. Lamine se despertó antes que yo y, al encontrarme aún en la cama, decidió revisar las redes sociales para ver cómo había sido el impacto del día anterior.
—¡Elena, mira esto! —exclamó Lamine, con una mezcla de sorpresa y diversión en su voz.
Me desperecí y me incorporé para ver lo que estaba mostrando. En la pantalla de su teléfono había una foto nuestra en el restaurante de la noche anterior, con Keyne en el centro, entre Lamine y yo.
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*Purísima edición 🤫*
—¡Vaya! —dije, sorprendida—. ¡La foto se está volviendo viral!
Lamine comenzó a leer algunos comentarios en voz alta, y ambos nos reímos al ver las reacciones.
—"¡Qué bonito ver a Lamine tan cariñoso con Keyne!" —dijo Lamine—. "Se nota que es una familia unida."
—"Elena y Lamine lucen geniales juntos. ¡Qué pareja más hermosa!" —leí yo—. "Y Keyne es el más adorable."
Los comentarios no tardaron en inundar nuestras notificaciones. Había mensajes de admiración y apoyo, así como algunos mensajes más personales y divertidos.
—"Keyne es el verdadero protagonista de la foto. ¡Qué simpático!" —comentó uno de los seguidores.
—"No puedo creer que estén todos juntos, ¡se ven como una familia feliz!" —escribió otro.
Entre risas y charlas, leímos también algunos comentarios que bromeaban sobre la relación entre Lamine y yo. Aunque la mayoría eran positivos, algunos eran un poco más curiosos o especulativos.
—"¿Cuándo veremos a Lamine y Elena en una foto oficial juntos?" —preguntó un seguidor, haciendo que nos miráramos con una sonrisa.
—"¿Será que pronto veremos noticias sobre ellos en la prensa del corazón?" —comentó otro.
Lamine y yo compartimos una risa, sabiendo que parte de la fama y la visibilidad venía con su propio conjunto de especulaciones y rumores. A pesar de eso, nos sentíamos agradecidos por el apoyo y la buena onda de nuestros seguidores.
—Bueno, al menos parece que a la gente le gusta vernos juntos —dijo Lamine con una sonrisa—. Y, por lo visto, Keyne también es un pequeño famoso ahora.
—Sí, definitivamente —respondí—. Aunque creo que hay que acostumbrarse a la atención de las redes sociales.
Después de pasar un rato leyendo y respondiendo algunos comentarios, decidimos levantarnos y prepararnos para el día. La jornada prometía ser tranquila, pero con el sol brillando y el ánimo alto, sabíamos que sería un buen día para disfrutar.
Después de nuestra conversación matutina y de leer los comentarios en redes sociales, mi celular comenzó a sonar. Era una llamada del cuerpo técnico del Barça. Contesté, sintiendo una mezcla de curiosidad y sorpresa.