Pov' Elena
Mi mente seguía reviviendo ese instante una y otra vez. ¿Cómo había sucedido tan rápido? Un segundo estaba hablando con João, y al siguiente, los labios de Lamine estaban sobre los míos en un beso breve pero firme, justo frente a todos. ¿Y ahora qué? No sabía si reír, gritar, o golpear a Lamine por ser tan impulsivo.
Mientras caminaba hacia él, no podía ocultar mi mezcla de emociones. Lamine estaba conversando con algunos de los chicos, pero me vio acercarme y, notando mi expresión, levantó una ceja con curiosidad.
—¿Qué pasa, Elena? —me preguntó, con esa típica sonrisa despreocupada suya.
Sin decir una palabra, solté su mano y le di un suave golpe en el hombro. No fue fuerte, pero lo suficiente para que se diera cuenta de mi irritación.
—¡Eso fue por besarme frente a todos sin avisar! —le reclamé, tratando de mantenerme seria, aunque mi voz temblaba entre la risa y el enojo.
Lamine se llevó una mano al lugar donde lo había golpeado y fingió una mueca de dolor exagerada. —¡Auch! Bueno, parece que me lo tenía merecido —bromeó, sin dejar de sonreír—. Pero vamos, Elena, no fue tan malo, ¿o sí?
—¿No tan malo? —le respondí, con los brazos cruzados y haciendo un esfuerzo por sonar más enojada de lo que realmente estaba—. ¡Fue en frente de todos! No solo de nuestros amigos, sino también del cuerpo tecnico, y de... de...
—João, —interrumpió Lamine, acercándose un paso más a mí—. Pero quería que fuera claro para todos. Para que no quede ninguna duda sobre cómo me siento.
Mi corazón latía más rápido. Aún con esa sonrisa traviesa, Lamine estaba siendo completamente honesto. Y por más que quisiera mantener mi postura molesta, la calidez de sus palabras me desarmaba. Sentí mis mejillas enrojecerse y traté de mirar hacia otro lado para disimularlo.
—Pero... podrías haberme dicho algo antes —protesté, más suavemente esta vez—. No me diste tiempo para prepararme.
Él se rió entre dientes y se inclinó un poco más hacia mí, manteniendo ese contacto visual intenso. —Eso lo habría arruinado todo. ¿No crees que las mejores cosas son las que no se planean?
Suspiré, sintiéndome derrotada. —Está bien, tienes razón, fue... fue bonito. Pero —añadí rápidamente, señalándolo con el dedo—, ¡la próxima vez que vayas a hacer algo así, dame una señal o algo!
Lamine asintió, divertido. —Hecho. Pero ya sabes, Elena, cuando se trata de ti, a veces simplemente no puedo controlarme.
Solté una risa, dejando que la tensión se desvaneciera. —Supongo que debería acostumbrarme a tus impulsos entonces.
De repente, sentí un brazo alrededor de mis hombros. Era Pedri, que se unía a la conversación con una sonrisa burlona en su rostro. —Entonces, ¿qué pasó aquí? —preguntó, haciéndose el desentendido—. ¿Por qué tanto alboroto?
Lamine se encogió de hombros con una sonrisa maliciosa. —Nada importante, solo estaba asegurándome de que João entendiera su lugar.
Pedri soltó una carcajada. —¡Vaya! Creo que todos lo entendimos bastante bien. Incluso yo, que estaba al otro lado del campo.
Todos comenzamos a reírnos, y sentí que toda la tensión se había disuelto en el aire. Miré a Lamine de reojo y él me guiñó un ojo. Sabía que, a pesar de todo, él siempre encontraría una forma de sorprenderme, y tal vez, solo tal vez, no me molestaba en absoluto.
Pedri nos miró con una mezcla de admiración y envidia juguetona en su rostro. Su sonrisa era amplia, pero había algo en su mirada que me hacía pensar que estaba reflexionando más de lo que dejaba ver.
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𝐒𝐨𝐥𝐨 𝐭𝐮 (𝐋𝐚𝐦𝐢𝐧𝐞 𝐘𝐚𝐦𝐚𝐥)
Romance𝑳𝒂𝒎𝒊𝒏𝒆 𝒀𝒂𝒎𝒂𝒍, 𝒖𝒏𝒂 𝒆𝒔𝒕𝒓𝒆𝒍𝒍𝒂 𝒆𝒎𝒆𝒓𝒈𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒅𝒆𝒍 𝒇ú𝒕𝒃𝒐𝒍, 𝒚 𝑬𝒍𝒆𝒏𝒂 𝑮𝒐𝒖𝒓𝒔, 𝒖𝒏𝒂 𝒔𝒕𝒓𝒆𝒂𝒎𝒆𝒓 𝒆𝒏 𝒂𝒔𝒄𝒆𝒏𝒔𝒐, 𝒇𝒊𝒓𝒎𝒂𝒏 𝒖𝒏 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂𝒕𝒐 𝒑𝒆𝒄𝒖𝒍𝒊𝒂𝒓 𝒆 𝒊𝒏𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒂𝒅𝒐: 𝒇𝒊𝒏𝒈𝒊𝒓...