Al día siguiente, el eco de la victoria en el Clásico aún resonaba en la ciudad, pero más allá de los titulares deportivos, había un tema que dominaba las redes sociales y las conversaciones: las fotos de Elena y Lamine juntos después del partido. Por tercera vez, su imagen estaba en la portada de todos los medios, y esta vez no solo por su cercanía en el campo, sino por la evidente dedicatoria del gol.
Desperté esa mañana con una mezcla de emociones. Sabía que la celebración de la noche anterior había sido especial, pero no esperaba que los medios se enfocaran tanto en los momentos que compartí con Elena. Al abrir mi teléfono, las notificaciones explotaban. Las fotos de nosotros abrazándonos en el campo, el instante en que me llevé la mano al corazón mirando hacia ella después de marcar el gol... todo estaba documentado y comentado en cada rincón de internet.
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(Algo así la imagen solo piensen que es Lamine)
Decidí enfrentar la situación de frente y empecé a revisar las redes. Los comentarios estaban divididos, como era de esperarse. Algunos hablaban sobre lo lindo que se veía el gesto, lo sincera que parecía nuestra conexión. Otros, como siempre, especulaban sobre nuestra relación, tratando de descubrir si éramos más que amigos. Entre los comentarios más notorios estaban los de los aficionados del Barça, que mezclaban su entusiasmo por la victoria con preguntas sobre lo que estaba pasando entre Elena y yo.
El WhatsApp no se quedaba atrás. Los chicos del equipo no habían perdido la oportunidad de hacer bromas. Gavi, fiel a su estilo, me envió un meme que él mismo había hecho, donde mi foto dedicando el gol a Elena estaba sobrepuesta con corazones animados.
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-"¡Qué romántico, Lamine! ¿Cuándo es la boda?" -escribió junto al meme.
Pedri fue un poco más sutil, pero igual de bromista. En el chat grupal, comentó:
-"Siempre supe que tenías una debilidad por las aficionadas... pero dedicarle un gol a una, ¡eso es nuevo!"
Ansu solo envió un par de emojis riendo, pero no dejó de señalar cómo había sido la única vez que no había corrido hacia el equipo para celebrar de inmediato.