Pov' Elena
Al día siguiente, desperté con una sensación de pesadez en el pecho. El sol apenas se filtraba por las cortinas, pero no había ninguna calidez en la luz que entraba en mi habitación. Me sentía desanimada, como si el peso de todo lo que había sucedido me hubiera aplastado durante la noche. Mi mente no dejaba de dar vueltas, repasando una y otra vez la reunión de ayer, la discusión con Lamine, y la decisión que había tomado en contra de lo que habíamos acordado.
Me levanté de la cama con lentitud, sintiendo que cada movimiento requería un esfuerzo monumental. Mientras me miraba en el espejo del baño, los ojos hinchados y el rostro cansado me devolvían la mirada. Era evidente que no había dormido bien, y mi ánimo no era mejor.
No podía dejar de preguntarme por qué Lamine había aceptado aquel contrato. ¿Qué lo había llevado a cambiar de opinión tan de repente? Sabía que había algo más, algo que él no me había contado, y eso me llenaba de dudas e inseguridades.
Mientras preparaba un café en la cocina, mis pensamientos seguían girando en torno a la misma pregunta: *¿Por qué?* No podía entenderlo. Lamine siempre había sido una persona en la que podía confiar, alguien que valoraba nuestra amistad tanto como yo. Pero su decisión había puesto todo eso en entredicho.
Tomé un sorbo de café, pero incluso su sabor, que normalmente me confortaba, me parecía amargo. Me senté en la mesa, mirando la taza sin realmente verla, perdida en mis pensamientos. Necesitaba respuestas, necesitaba saber qué lo había llevado a tomar esa decisión.
Grace aún no se había levantado, así que estaba sola con mis pensamientos, lo que solo hacía que la duda creciera más dentro de mí. Decidí que no podía seguir así. Tenía que hablar con Lamine, tenía que entender lo que había pasado. Pero una parte de mí temía lo que podría descubrir. ¿Y si su decisión significaba que ya no valoraba nuestra amistad como antes? ¿Y si había algo más detrás de todo esto que yo no sabía?
Dejé la taza en la mesa y me levanté. Sabía que no podía posponer esto más. Necesitaba enfrentar la situación, aunque me doliera. Con el corazón pesado, decidí que lo mejor era llamarlo y pedirle que nos encontráramos. Tenía que saber la verdad, por difícil que fuera.
.......
Miró su reflejo en el espejo, observando los rastros de la preocupación en su rostro. Sus ojos, normalmente brillantes, estaban apagados, y su piel parecía más pálida de lo habitual. Con un suspiro, se dirigió al baño, esperando que una ducha la ayudara a despejar su mente, aunque sabía que no sería suficiente para quitar esa sensación de incomodidad.
Mientras el agua caliente caía sobre ella, su mente no dejaba de preguntarse una y otra vez por qué Lamine había tomado esa decisión. ¿Qué lo había hecho cambiar de opinión tan repentinamente? No podía entenderlo. A lo largo de los últimos meses, habían construido una amistad genuina, basada en la confianza y la sinceridad. Pero ahora, esa confianza se sentía rota, como si hubiera una barrera invisible entre ellos que antes no existía.
Salió de la ducha, sintiéndose un poco más despierta, pero igual de confundida. Decidió que necesitaba respuestas, y sabía que la única forma de obtenerlas era hablar directamente con Lamine. No podía dejar que esta situación se prolongara más tiempo sin saber la verdad.
Buscando la manera más directa de contactarlo, Elena decidió llamar a Pedri. Sabía que Pedri siempre estaba al tanto de los horarios de entrenamiento, y si ella quería hablar con Lamine, lo mejor sería encontrarlo después de una práctica, cuando ambos tuvieran un momento para conversar sin interrupciones.
Marcó el número de Pedri y esperó mientras el teléfono sonaba. No tardó mucho en responder, y su tono despreocupado y amigable hizo que Elena se sintiera un poco más cómoda.
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𝐒𝐨𝐥𝐨 𝐭𝐮 (𝐋𝐚𝐦𝐢𝐧𝐞 𝐘𝐚𝐦𝐚𝐥)
Lãng mạn𝑳𝒂𝒎𝒊𝒏𝒆 𝒀𝒂𝒎𝒂𝒍, 𝒖𝒏𝒂 𝒆𝒔𝒕𝒓𝒆𝒍𝒍𝒂 𝒆𝒎𝒆𝒓𝒈𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒅𝒆𝒍 𝒇ú𝒕𝒃𝒐𝒍, 𝒚 𝑬𝒍𝒆𝒏𝒂 𝑮𝒐𝒖𝒓𝒔, 𝒖𝒏𝒂 𝒔𝒕𝒓𝒆𝒂𝒎𝒆𝒓 𝒆𝒏 𝒂𝒔𝒄𝒆𝒏𝒔𝒐, 𝒇𝒊𝒓𝒎𝒂𝒏 𝒖𝒏 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂𝒕𝒐 𝒑𝒆𝒄𝒖𝒍𝒊𝒂𝒓 𝒆 𝒊𝒏𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒂𝒅𝒐: 𝒇𝒊𝒏𝒈𝒊𝒓...