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Capítulo 10: Bajo la Mirada de Sylus

El silencio en la habitación se había vuelto pesado, casi opresivo. Sylus me miraba fijamente, sus ojos penetrantes parecían querer desentrañar todos mis secretos con solo mirarme. Yo, en cambio, evitaba su mirada a toda costa, manteniéndome ocupada explorando cada detalle de la lujosa habitación en la que nos encontrábamos. Las paredes estaban decoradas con cuadros costosos y había estanterías repletas de libros antiguos y pesados. Todo era impecable y de buen gusto, una decoración que reflejaba un sentido de elegancia y riqueza.

"Hace meses", Sylus rompió el silencio, "sentí una energía familiar pero extraña a la vez dentro de mí." Hablaba con los hombros relajados, pero la intensidad en su voz era evidente. Crucé mis brazos y, aunque quería mantener mi mirada alejada de él, sus palabras me obligaron a prestar atención.

"¿Energía extraña?", pregunté, tratando de entender a dónde quería llegar con todo esto.

"Asi es," continuó. "Pasé mucho tiempo tratando de identificar de dónde provenía esa energía. Era una sensación inquietante, como si algo dentro de mí estuviera fuera de lugar." Hizo una pausa y se inclinó hacia adelante, sus ojos fijos en los míos. "Finalmente, me di cuenta de que provenía de ti."

Sentí un escalofrío recorrer mi columna vertebral. "¿De mí?" repetí, incrédula. "Eso no tiene sentido. Soy una cazadora común, mi Evol no es tan fuerte."

Sylus hizo un gesto de desaprobación con la cabeza. "Mandé a Mephisto a vigilarte durante un tiempo," explicó. "Pensé que, observándote, obtendría las respuestas que buscaba. Pero todo lo que él me informó fue que eras bastante promedio en tus entrenamientos y que apenas mantenías tu posición como cazadora. Me hizo sospechar."

Me quedé mirándolo, tratando de procesar lo que estaba diciendo. "Ya te dije, no tengo nada especial. Apenas puedo mantener mi posición como cazadora. Mi Evol es débil, puedo mejorarlo, pero necesito tiempo."

Sylus permaneció pensativo, su mirada clavada en algún punto distante de la habitación. "Quizás tengas razón," admitió finalmente, "pero creo que es porque ni siquiera tú entiendes el poder que tienes dentro."

"¿Y si descubres que tengo un poder oculto, un Evol más fuerte de lo que pensaba?", le pregunté con un tono desafiante. "¿Qué harás con esa información?"

Sylus sonrió levemente, una sonrisa que no transmitía tranquilidad. "Tengo mis propias ambiciones", respondió.

"¿Ambiciones?", repetí, ya imaginando la respuesta.

"Sí", dijo con una chispa en los ojos. "Causar más terror de lo que ya hago."

Lo miré con incredulidad y una mezcla de miedo y frustración. "¿Entonces, me secuestraste para usarme como una herramienta para tus planes?"

Sylus se encogió de hombros, como si mi pregunta fuera irrelevante. "No es tan simple, Lya. Hay algo en ti que me intriga, y tengo tiempo para averiguar qué te bloquea para acceder a tu verdadero poder."

"¿Y qué pasa si no quiero descubrir nada?", pregunté, cruzando los brazos con terquedad.

"No es una opción en este momento", respondió sin inmutarse. "De todos modos, nadie sospechará que estás aquí, y aunque lo hicieran, nadie sería tan tonto como para venir a buscarte."

"¿Por qué me trajiste aquí?", le exigí saber, mi frustración creciendo. "Sabes que me buscarán."

Sylus suspiró, perdiendo un poco de su paciencia. "No lo harán, Lya. Al menos, no de la manera que crees. Este lugar es inaccesible para la mayoría de ellos, y nadie se atrevería a desafiarme aquí."

"Quiero volver a casa", insistí, manteniéndome firme, aunque una parte de mí sabía que mis palabras caían en oídos sordos.

"Eso no va a pasar, al menos por ahora", dijo con un tono definitivo. "Acompáñame o quédate aquí, pero no tienes muchas opciones."

Me vi obligada a seguirlo, más por falta de alternativas que por voluntad propia. Me llevó por un pasillo largo y elegantemente decorado hasta una habitación espaciosa y hermosa. Las paredes estaban cubiertas con tapices exquisitos y las cortinas eran de un material suave y lujoso.

"Esta será tu habitación por el momento", dijo Sylus mientras abría la puerta. "No intentes nada estúpido."

Miré alrededor de la habitación, impresionada a pesar de mí misma. La cama era grande y estaba cubierta con un edredón suave y lujoso. Una parte de mí estaba tentada a hundirme en las sábanas y olvidarme de todo lo que estaba pasando, aunque fuera solo por un momento.

"¿Por cuánto tiempo piensas mantenerme aquí?", pregunté finalmente, girándome para enfrentar a Sylus.

"El tiempo que sea necesario para descubrir qué hay dentro de ti", respondió, su voz tan calmada que me enfureció aún más.

"No soy tu experimento", le espeté.

"No", estuvo de acuerdo. "Eres mucho más que eso."

Con esas palabras, Sylus se dio la vuelta y cerró la puerta detrás de él, dejándome sola en la habitación. Me quedé de pie en medio de la habitación, sintiendo una mezcla de ira y confusión. Sabía que estaba atrapada, pero también sabía que, de alguna manera, tenía que encontrar una salida. No podía dejar que Sylus jugara con mi vida de esta manera.

Me acerqué a la ventana y miré hacia afuera, tratando de encontrar un punto de referencia. Pero no reconocía nada. Estaba en un lugar completamente desconocido, sin saber cómo había llegado allí ni cómo podría salir.

Suspiré, sintiendo el peso de mi situación caer sobre mí. No tenía idea de lo que Sylus quería de mí, pero sabía que no iba a quedarme de brazos cruzados esperando averiguarlo. Si tenía que descubrir mi verdadero poder para salir de aquí, entonces eso es lo que haría. Pero no por Sylus, sino por mí misma.

Me dirigí a la cama, dejando que el cansancio se apoderara de mí. Tal vez, con un poco de descanso, mi mente estaría más clara y podría encontrar una forma de enfrentar lo que vendría. Me recosté, mirando el techo, pensando en todas las formas en que podría recuperar mi libertad.

𝐋𝐄𝐓 𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐎𝐑𝐋𝐃 𝐁𝐔𝐑𝐍 [ꜱʏʀᴜꜱ] 𝘓𝘰𝘷𝘦 & 𝘋𝘦𝘦𝘱𝘴𝘱𝘢𝘤𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora