XVIII

591 58 1
                                    

CAPÍTULO 18: Prisión de Emociones

El ambiente estaba cargado, como si el aire mismo supiera que había una tensión entre nosotros que ninguno quería desatar del todo. Estaba confundida, atrapada en una maraña de pensamientos y emociones que no lograba desentrañar. Miré a Sylus, esperando alguna señal de que también estaba luchando con sus propios sentimientos, pero él permanecía absorto en sus pensamientos, como si estuviera lejos, más allá de esta habitación, más allá de mí.

Finalmente, me armé de valor para hablar. Sentía que debía decir lo que llevaba en mi corazón desde hacía tiempo, aunque supiera que las palabras podrían herir. "Tú me trajiste aquí para saber sobre mis poderes, ahora lo sabes. Sé muy bien que tus intenciones desde el principio eran tomar mi Evol para hacerte más fuerte. Era bastante obvio." Noté cómo su expresión se endurecía al escucharme, pero no podía detenerme. "Te lo digo ahora con calma, no quiero mi Evol. Quiero mi libertad. Toma mi poder y déjame libre."

Por un instante, Sylus pareció no creer lo que acababa de oír. Sus ojos se oscurecieron, y su rostro adoptó una expresión que nunca antes había visto en él. "¿Por qué estás tan obstinada en irte después de enterarte de todo esto? ¿Acaso no te resulta motivo suficiente para investigar más?" Su voz, normalmente controlada y fría, ahora sonaba molesta, como si la situación se le escapara de las manos y no supiera cómo recuperarla.

"No, no quiero quedarme. Quiero irme," respondí, intentando que mi voz no temblara. "Tengo a alguien que amo esperándome ahí afuera, buscándome seguramente. Tengo una vida fuera de aquí, Sylus." Sus palabras me habían afectado, pero mi deseo de salir de ese lugar era más fuerte que la curiosidad que él intentaba despertar en mí.

Al mencionar a Zayne, vi cómo Sylus se tensaba aún más. Su mirada se volvió fría, y sus manos se apretaron en puños antes de que él se levantara del sofá, claramente molesto. "El doctor..." murmuró para sí mismo, como si intentara ordenar sus propios pensamientos. Luego, alzó la voz, dejándome claro que no había terminado con este tema. "No te irás aún."

Su rechazo me enfureció. Todo esto era un sinsentido. ¿Por qué Sylus estaba tan obsesionado con retenerme aquí? ¿Qué importaba ya lo que fuéramos en vidas pasadas si eso significaba sacrificar mi presente? No pude contenerme y grité, mi voz resonando en la habitación. "¡Toma mi Evol, pero déjame ir!"

Sylus me miró con intensidad, pero esta vez no había burla ni superioridad en su rostro, solo un cansancio que parecía traspasar su mirada. "No quiero eso," dijo, su voz más suave pero cargada de determinación. "Quiero saber qué fue de nuestras vidas pasadas, cómo es que tienes mi poder dentro de ti. Cuando tenga las respuestas... podrás irte si aún quieres eso." A pesar de que intentaba mantener la compostura, su enojo era palpable. Sin decir más, se dio media vuelta y salió de la habitación, dejándome sola.

Me quedé allí, mirando la puerta cerrada, sintiendo una mezcla de rabia, frustración y... algo más. No entendía a Sylus. No comprendía esta obsesión suya por el pasado, por un poder que yo no había pedido, ni deseaba. ¿Por qué no podía simplemente dejarme ir? Su comportamiento comenzaba a parecer más un capricho que un propósito justificado.

Con un suspiro de resignación, decidí salir de la habitación. Necesitaba aire, necesitaba aclarar mis pensamientos. Salí al patio trasero de la casa, esperando que la brisa fresca lograra disipar la confusión que me embargaba.

El jardín estaba sereno, envuelto en la suave luz del atardecer. Caminé lentamente, dejando que el sonido de mis propios pasos y el crujido de las hojas bajo mis pies me tranquilizaran. Pero, aunque el entorno era pacífico, mi mente estaba lejos de la calma. Las palabras de Sylus seguían resonando en mi cabeza, junto con los recuerdos del sueño que había tenido y, por supuesto, el beso.

Ese beso... Apenas podía soportar el pensamiento sin que una ola de emociones me invadiera. Había sido tan intenso, tan inesperado, como si todo mi ser hubiera respondido a una llamada que desconocía hasta ese momento. El fuego que había sentido dentro de mí al besarlo no era solo pasión, era algo más profundo, algo que me aterrorizaba porque no podía controlarlo.

Mientras avanzaba por el jardín, imágenes del sueño comenzaron a surgir en mi mente, mezclándose con la memoria del beso. ¿Qué significaba todo esto? ¿Por qué ambos recuerdos me revolvían de esta manera? Era como si mi cuerpo y mi mente estuvieran en conflicto, luchando entre lo que deseaba y lo que temía.

Me detuve frente a una fuente de piedra, observando el agua cristalina que se movía con suavidad, reflejando el cielo en su superficie. Me incliné hacia el borde, buscando en mi reflejo alguna respuesta, alguna pista sobre lo que me estaba ocurriendo. Pero lo único que vi fue mi propio rostro, con los ojos ahora marcados por ese tono rojizo que me recordaba tanto a Sylus.

Luché contra el impulso de llorar. No entendía por qué me sentía tan atrapada, por qué todo se había vuelto tan complicado. Solo quería regresar a mi vida, a Zayne, a una existencia en la que no tuviera que lidiar con poderes que no deseaba ni recuerdos de vidas pasadas que ni siquiera sabía si eran reales.

Sylus quería respuestas, y parte de mí también. Pero no estaba segura de poder seguirle el ritmo en esta búsqueda. No cuando mi corazón me pedía a gritos que me alejara, que volviera a la seguridad de lo conocido.

Finalmente, me aparté de la fuente y continué caminando. No sabía cuánto tiempo más podría resistir esta confusión, pero estaba decidida a mantenerme firme. Si Sylus quería respuestas, las obtendría, pero no al precio de mi libertad.

Mientras caminaba, una parte de mí no podía evitar pensar en lo que pasaría después. Si descubriéramos la verdad, si realmente había algo en nuestro pasado que nos unía, ¿qué significaría eso para mi futuro? ¿Para Zayne? Intenté sacudir esos pensamientos, pero la incertidumbre seguía rondando en mi mente.

A pesar de todo, no podía negar que Sylus había despertado algo en mí. Algo que no podía ignorar ni rechazar tan fácilmente. Pero aún así, mi deseo de libertad era más fuerte que cualquier conexión que pudiera haber entre nosotros, en esta vida o en cualquiera otra.

El sonido de una puerta al cerrarse me sacó de mis pensamientos. Me di la vuelta y vi a Sylus salir al patio, su mirada fija en mí. Por un momento, nuestras miradas se encontraron, y pude ver en sus ojos la misma confusión y determinación que sentía dentro de mí. Pero antes de que pudiera decir algo, él simplemente me dio la espalda y desapareció por un pasillo lateral.

Me quedé allí, sola de nuevo, con una decisión que no podía posponer por mucho más tiempo. Sylus no iba a dejarme ir hasta que tuviera lo que quería, pero ¿qué haría yo una vez que lo obtuviera?

Respiré hondo, intentando calmar el tumulto de emociones que sentía. Esta batalla no solo era por mi libertad, sino también por entender quién era realmente y qué significaba todo esto. Y aunque estaba cansada de pelear, sabía que no podía rendirme ahora.

𝐋𝐄𝐓 𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐎𝐑𝐋𝐃 𝐁𝐔𝐑𝐍 [ꜱʏʟᴜꜱ] 𝘓𝘰𝘷𝘦 & 𝘋𝘦𝘦𝘱𝘴𝘱𝘢𝘤𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora