Palabras sin Respaldo

Capítulo 31.

LA NOCHE DEL DOLOR INFINITO

Querido Diario,

Esta noche quedará marcada en mi memoria con una herida profunda en mi alma y una grieta en mi corazón que parece insuperable. Cian, con unas palabras que resonaron como ecos de una trágica melodía, puso fin a nuestro amor, revelando que ya no me amaba. Cada palabra fue un golpe directo a mi ser, desgarrando la esperanza y la ilusión que había construido en torno a nuestro amor.

El dolor y la confusión se apoderaron de mí mientras intentaba comprender qué había ocurrido, qué había cambiado en el transcurso de nuestras vidas para que sus sentimientos se desvanecieran en la penumbra de la noche. Recordé sus distancias, sus silencios, su alejamiento gradual, pero nunca imaginé que todo eso culminaría en el fin de nuestro amor, en la despedida de los sueños compartidos y las promesas quebrantadas.

Con lágrimas en los ojos, el corazón en pedazos y un nudo en la garganta, me armé de valor para enfrentar la tormentosa verdad que Cian revelaba: cada "te amo" que había pronunciado era una mentira, un eco vacío que resonaba en el abismo de la desilusión. La certeza de que sus palabras de amor carecían de veracidad fue un golpe devastador que me sumió en un mar de dolor y desesperanza.

El peso de la incertidumbre y la inseguridad se apoderó de mí, cuestionando por qué siempre me ocurrían estas desdichas, por qué el amor parecía escurrirse entre mis dedos como arena fina. La sensación de no ser suficiente, de no poder retener a aquellos que se adentraban en mi vida, me embargaba, llevándome a preguntarme una y otra vez por qué siempre acababa en la misma soledad emocional.

Laconfesión de Cian, su despedida silenciosa y definitiva, dejó un vacío en mipecho y un dolor insoportable en mi ser. 

Preguntas sin respuesta, emociones desbordadas y un mar de lágrimas marcaban el fin de un capítulo que creí eterno, el fin de un amor que se desvanecía en la oscuridad de la noche.

Esa noche, entre sollozos y susurros de desamor, plasmé en estas páginas mi dolor, mi desconsuelo, mi desesperanza. Cada lágrima derramada, cada palabra escrita, era un tributo al amor perdido, al vacío que se abría en mi interior y a la certeza de que ya nada sería igual.

Con el corazón en ruinas y el alma en duelo,

Yasmine