Capítulo 40.

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LÁGRIMAS EN LA PENUMBRA

Querido Cian,

Daría lo que fuera por tenerte de vuelta a mi lado, por recuperar tu amor de una forma renovada y más profunda. Aún sueño despierta con la esperanza de que lo nuestro tenga algún remedio, de que el destino nos dé una segunda oportunidad. Te amo de una manera que nunca antes había experimentado, te entregué lo mejor de mí misma con la esperanza de no perderte, pero a pesar de mis esfuerzos, te fuiste de mi lado. ¿Por qué me lastimas de esta forma, Cian? ¿Por qué regresas solo para irte de nuevo, como si mi corazón no fuera un campo de batalla por tus idas y venidas?

Te amo con una intensidad que se mezcla con el dolor y la frustración de no poder tenerte a mi lado. Aunque mi corazón se desgarre con la dualidad de amarte y odiarte al mismo tiempo, sigo aquí, escribiéndote estas palabras cargadas de pesar y desolación. Cuánto desearía poder expresarte en persona todo lo que guardo en lo más profundo de mi ser, pero me conformo con plasmar mis sentimientos en estas cartas, cartas que sé que nunca llegarás a leer.

La pesadez del dolor y la tristeza me envuelven en la penumbra de la noche, recordándome la fragilidad de un corazón roto y el anhelo de un alma herida. Aunque la melancolía y la nostalgia pesen en mis palabras, sé que debo dejar ir lo que una vez fuimos, aceptar que nuestro camino juntos llegó a su fin. Aun así, las cenizas de nuestro amor arden en mi pecho, recordándome lo que significaste en mi vida y lo que aún representas en mi corazón.

Con lágrimas en los ojos y el eco de un amor perdido en mi alma,

Yasmine

Palabras sin RespaldoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora