CAPÍTULO 21

1 2 0
                                    

EL PEQUEÑO OSITO DORMILÓN

Querido Diario,

Han pasado unos días desde aquella conversación con Cian, en la que le pedí que confiara en mí. Las aguas han vuelto a su cauce y la tranquilidad se ha apoderado de nuestros días. Cian sigue siendo ese pequeño osito cuando está a mi lado, y su ternura me llena el corazón de alegría.

Decidí no presionarlo para que me cuente sobre su pasado. No quiero abrumarlo ni hacerlo sentir estresado. En lugar de eso, he optado por dejar atrás el tema y seguir demostrándole cuánto lo amo y lo importante que es para mí. Cada gesto, cada mirada, cada caricia son mi forma de expresarle lo profundo de mis sentimientos.

Recientemente, Cian me contó que fue de paseo al río con su familia y, sin darse cuenta, se quedó dormido sobre una piedra. Esta anécdota, aunque simple, me confirmó algo que ya intuía: que él es como un pequeño osito dormilón que necesita amor, atención, comprensión, paciencia y sobre todo, cariño. Y estoy dispuesta a brindarle todo eso y más, porque él es el dueño de mi corazón, de mis sueños y de mis anhelos.

En cada latido, en cada suspiro, en cada momento juntos, reafirmo mi compromiso de estar a su lado, de amarlo incondicionalmente y de ser su apoyo incondicional en esta travesía que es la vida.

Con amor eterno,

Yasmine

Palabras sin RespaldoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora