Antonio:
Juro que soy el hombre mas afortunado del mundo.
-amor tines que prob... ¿por qué me miras así?- dijo acercándose con un plato de paella, yo sonreí como el pendejo enculado que soy y la mire a esos hermosos ojos azules que me volvían loco.
-por que estas bien pinche hermosa; te juro que luego me asusta lo enculado que me traes princesa- conteste para después cargarla al estilo matrimonial haciendo que riera y cuidara el plato de paella con una mano y con la otra se agarrara de mi cuello.
-mmm pues ya vez, tengo a un principe azul que está guapísimo y tiene unos tatuajes super sexys- respondió escondiendo su carita en mi cuello, yo sonreí y aun con mi novia en brazos empece a caminar a un parque dentro de la plaza.
Nos sentamos a comer la paella que Cata había comprado y nos dispusimos a ver lo que quedaba del atardecer abrazados en un silencio cómodo.
-¿cuanto tiempo tardamos en llegara Paris?- pregunte después de un rato recargándome en su hombro y dejando un beso ahi, ella sonrío y comenzó a acariciar mi cabello haciéndome cerrar los ojos relajado.
-como 2 horas y cuarto, ¿por?- preguntó dejando de acariciar mi cabello y acostándose en mis piernas, yo acaricie su espalda baja y le di una sonrisa picara.
-¿tengo que recordarte lo que te dije en el avión? Tu no vas a tener días de descanso mami, toda la noche todas las noches te voy a hacer el amor tan duro que todo Paris sabra mi nombre- susurre en su cuello después de sentarla en mi regazo.
-eres un calenturiento Herrera- me regaño pasando sus manos por mi espalda, yo sonreí y la tomé de las mejillas para dejar miles de besos en sus carnosos labios.
-solo contigo nena, solo contigo; ándale vámonos ya al avión por que ese par es capaz de dejarnos- conteste tomando su mano y dejando un beso en ella, Cata asintió y empezó a caminar hacia el aeropuerto hasta que se paro frente una librería, como todavía faltaba una hora entramos y podría jurar que mi novia se sentía como niña en navidad, sus ojitos brillaban viendo los libros haciéndome casi morir de ternura.
Al final yo escogí los juegos del hambre por que según cata si no los leía no podia ser su novio; ella eligió como 5 libros románticos haciéndome reír. Pague todo y tome las bolsas con los libros y su mano para retomar nuestro camino al aeropuerto.
Estábamos riendo por una anécdota de Emi cuando era pequeño cuando subimos al avión encontrándonos con la escena mas cursi del mundo. Camila estaba acostada en el pecho de mi compa y el le cantaba una canción bien pinche cursi al oído y le susurraba que la amaba; al ver eso solté una carcajada haciendo que tanto Catita como nata me miraran mal y me callaran.
-vas a despertar a mi reina con tu pinche risa culera y se va a poner de malas- me susurró Nata sacándome la lengua, yo levante las cejas ofendido y le saqué el dedo.
-quien lo diría, la reina malvada te trae de mandilón- hable burlón, cata solo levanto la ceja y yo negué frenético haciendo que el idiota de Nata aguantara la risa.
-no mi amor yo también soy bien pinche mandilón pero es que quiero molestar a Nata Montana- susurre haciendo que ella negara diva y me diera la espalda.
-ya wey acepta que tú también eres bien mandilón con la catalush- contesto el haciéndome rodar los ojos; después tome a Cata de la cintura y me acoste con ella el resto del viaje.
-¿tu crees que sigan dormidos?- escuche a una fea voz seguida de risitas, decidí fingir seguir dormido a ver que decían estos dos tontos.
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LUNA- Junior H
FanfictionEran de mundos diferentes y ambos lo sabían; eran tan imperfectamente perfectos el uno para el otro que el resto del mundo dejaba de importar. Al final del día solo ellos y la luna sabían lo mucho que se necesitaban mutuamente. Junior h.