42

699 82 13
                                    

Catalina:

Me acababa de salir de bañar cuando escuché a Antonio decir enojado-no me chingues ¿estás enamorado de mi o que vergas? ¿Que carajos haces aquí?-.

Como buena chismosa que soy vi a Elias en la puerta acompañado de mi abuela. Que carajos estaba pasando.

-yo lo invité- contesto mi abuela firme; decidí salir de mi escondite y hablar con mi abuela, ya sabía que había hecho y no iba a dejar que hiciera sentir mal a mi novio.

-hola bobo, ¿abuela puedo hablar contigo? Chicos no se maten se los pido- dije firme para luego llevarme a mi abuela a una sala de la casa. Ella se hacía la inocente pero la conocía a la perfección.

-¿de que querías hablar mi niña?- hablo tranquila, me contuve de rodar los ojos y respiré para no explotar.

-abuela sabes perfectamente lo que haces; invitaste a Elias para hacer sentir inseguro a Antonio. Pero quiero que sepas que no importa que tanto te disguste Antonio es mi novio y lo amo- conteste sería, ella rompió su teatrito de abuela dulce y me miro demandante.

-Catalina alguien como tú novio no encaja en este mundo; no importa cuanto dinero tenga ahora por que la educación, clase y elegancia no se pueden comprar y mucho menos haciendo música de malandros- respondió seca, yo iba a refutar cuando entró Emi y mi abuela suavizó la mirada; nótese quien es el favorito.

-¿abuelita puedes hacerme galletitas?- hablo con su voz de bebé que siempre le consigue lo que quiere; esta vez no fue la excepción.

-claro mi corazón- contesto otra vez siendo la abuela cariñosa que casi siempre es, Emi se la llevo a la cocina y le agradecí con la mirada.

Regrese enojada a mi cuarto y no vi a los chicos, corrí por toda la casa buscándolos y cuando por fin los encontré vi una imagen que creí jamás ver.

Elias y Antonio estaban jugando futbol juntos y parecía que se estaban divirtiendo; sonreí feliz y me acerqué a ellos.

-chicos es hora de comer, lávense las manos corran- los llame viendo como ambos ponían una mueca y negaban.

-si si al rato vamos es que estamos por desempatar- suplicó Elias, yo negué divertida y Antonio se acercó a mi.

-amorcito precioso porfi deja que termine esta ronda, solo una ronda más y ya vamos porfi porfi porfi- rogó mirándome con ojitos. Iba a negar pero después Elias se acercó y ambos pusieron ojitos de perrito así que asentí y me senté a verlos jugar juntos como niños pequeños; no sabían lo feliz que me hacía que se llevaran bien.

Cuando terminaron se fueron a lavar las manos y a sentar en el comedor de afuera donde ya estaban mis abuelos, Emi, mis papás y sorprendentemente los papás de Elias junto con su hermana menor; ella era de otra madre y como mi amigo no vivía en la casa familiar casi no convivían pero era una linda chica más o menos de la edad de mi hermano.

Me senté a lado de mi abuelo y Antonio, mi abuela fingió que nada había pasado y dejo un beso en mi cabeza antes de irse a sentar del otro lado de mi abuelo.

Sigilosamente codee a mi abuelo y le susurre sin que nadie se diera cuenta- ¿sabes que hacen los Fox aquí? Se suponía que sería un fin de semana familiar-.

-honestamente no se; tú abuela los invito que por que tenía que darles una noticia- contesto simple, yo asentí y seguí comiendo y hablando con Antonio y mi abuelo hasta que mi abuela se levantó y todos dejamos de comer.

-bueno primero que nada quiero agradecer a los Fox por haber podido hacer el tiempo de venir a acompañarnos este día; se que la noticia valdrá la pena... antier estaba en llamada con una amiga de Londres que trabaja en un programa de negocios de la universidad de los chicos y me comentó que ¡nuestra Catita y nuestro Elias consiguieron una pasantia para ir 4 meses a Londres a estudiar de cerca empresas mundiales!-. Maldita sea.

LUNA- Junior H Donde viven las historias. Descúbrelo ahora