16

1.7K 103 9
                                    

Catalina:

Me levante sintiendo esas manos tatuadas en mi cintura y sonreí, ya me había acostumbrado a dormir con Toño y estaba segura que hoy que se fuera lloraría mares.

Decidí despertarlo repartiendo besos por toda su carita; él sonrió y acarició mis muslos antes de darme y un beso y levantarse de la cama; camino hasta el baño y me quede viendo su fuerte y atractiva espalda, como me encanta este hombre.

- nena hoy va a ser un día ocupado así que vete a bañar y a arreglar- hablo desde el baño asomando la cabeza por la puerta. Ya me arreglaría después; no se en que momento me quede dormida pero desperté al sentir como Antonio me cargaba como costal de papas y entraba conmigo al baño.

-creo que fui claro al decirte que te arreglarás, pero veo que tendré que hacerlo yo mismo- dijo con una sonrisa traviesa, entró a la parte de la bañera y abrió el agua mojándonos a los dos.

Yo iba a reprochar pero él puso un dedo suyo sobre mis labios indicando que no hablara. Amaba cuando era dominante. Tomó mi shampoo y empezó a lavarme el cabello, después quito mi playera quedando totalmente desnuda de la cintura para arriba cubriéndome abajo únicamente con unas bragas. Me trataba como si fuera una muñeca de cristal y yo estaba encantada con eso. En los últimos días el me había ayudado a sentirme más cómoda con mi cuerpo, no había pasado nada más allá de besos subidos de tono y algunos toques y agradecía que no me presionara en nada.

Después del shampoo empezó a pasar jabón por todo mi cuerpo dejando un beso en mi espalda baja. Salimos de la ducha y elegí ponerme un vestido corto sencillo; él se puso una camisa blanca abierta del pecho y uno de los pantalones que compramos ayer. Se veía guapísimo.

Desayunamos y al terminar salimos del departamento yendo hacia mi carro. Desde que Antonio había regresado él era el que lo usaba y estaba internamente agradecida de ello. No soy muy buena conductora, por eso aunque tenga mi propio auto prefiero usar al chofer.

Al subir al carro me puso una banda en los ojos.

-¿ahora eres Christian Grey o que?- dije nerviosa, lo escuché reír y puso su mano en mi muslo. Definitivamente Christian Grey lo había poseído.

-no pero tú dime y lo hacemos con una banda en los ojos; seria interesante- contesto con voz ronca; Dios mío que sexy... no Cata concéntrate.

-luego vemos tus fetiches Herrera, ¿a donde vamos?- respondí intentando quitarme la banda, él lo noto y apretó mi muslo haciendo que yo bufara y me volviera a acomodar la banda.

-si te lo digo no será sorpresa Catita, ya no seas impaciente, mejor dime que música pongo; el camino es algo largo- contesto acariciando con la llama de sus dedos mi muslo.

-mmm quiero escuchar tus canciones, cántame- dije emocionada, en este tiempo que había estado viendo sus conciertos en vivo me había estado aprendiendo algunas de sus canciones. Mi favorita era fin de semana.

-con que quieres un concierto privado ehhh, por esos cobro nena- contesto divertido, yo reí y enlace mis dedos con la mano que tenía sobre mi muslo.

-¿a si? ¿Y a mi a cuanto me lo dejas guapo?- pregunté.

-a ti serían 5 besos, no mejor 10 por ser fresa- dijo con tono coqueto y puedo jurar que con una sonrisa pícara.

-ash, esto ya es discriminación... ¡y no soy fresa!- hablé fingiendo estar ofendida, lo oí soltar una carcajada.

-ni siy frisi,si como no; pero no te preocupes nena así te quiero- dijo empezando a tararear una canción que nunca había escuchado.

Llegamos después de unos 30min de camino al lugar de la sorpresa, Antonio me ayudo a bajar del carro puesto que todavía no me dejaba quitarme la banda. No tenía ni puta idea de donde estábamos pero sabía que estábamos al aire libre, me tomó de la mano mientras empezamos a caminar y sentí pasto ¿donde estábamos?.

LUNA- Junior H Donde viven las historias. Descúbrelo ahora