Sweet Secret! | JimSu +18

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La comida había consistido en algunos fideos bañados en salsa de frijol negro, algo de arroz frito con vegetales y pollo frito, las salsas picantes de soja eran deliciosas al paladar, habían comido juntos, sentados en la cama, sin decir palabra alguna, solamente dedicándose a terminar la comida, Jimin llevaba puestos sus pantalones, mientras que Yoongi simplemente se cubrió con una playera holgada para sentirse más cómodo, el frio del lugar apenas y era perceptible, pero aun así no quería que Jimin lo viera desnudo a pesar de que ya lo había hecho varias veces.

En cuanto todos aquellos platos y cubiertos desechables fueron dejados de utilizar, Jimin se dispuso a retirar todo aquello, evitando que Yoongi lo hiciera, no quería que se esforzará, por lo menos no ahora, y Yoongi lo agradecía en su interior, porque ciertamente sentía que si se llegaba a mover, podría sentir el semen escurrir por su vagina hacia sus piernas, y no quiere sentir aquello, la sensación pegajosa todavía se encontraba en su interior y le daba un ligero cosquilleo, además estaba el hecho de que por alguna extraña razón quería que Jimin volviera a follarlo.

Su zona intima estaba cosquilleando y anhelando volver a sentir esas caricias, quería volver a sentir la polla de Park en su interior llenándolo por completo, y pensar en eso le daba cierto atisbo de vergüenza, pero no podía negarlo, quizás el deseo era parte del sexo después de todo, por más que intentase recordar si acaso en algún libro leyó algo al respecto no podía, no tenía ni la menor idea del porqué quería que de nuevo Jimin se apoderase de él, se removió incomodo por imaginarse aquella verga gruesa ingresar en su interior, llevo su mano a sus labios tocando con las puntas de sus dedos su labio inferior, podía sentir el peso de los labios de Park sobre los suyos, su brazo izquierdo abrazaba su abdomen plano hasta su costado derecho, sintiéndose terriblemente mal por querer sus propios deseos carnales.

Yoongi jamás se había sentido así, quizás en un tiempo cuando conoció a todos y cuando supo que Namjoon descargaba aquellos videos para adultos, pudo sentir ese cosquilleo, pero no eran iguales, cuando Namjoon ponía esos vídeos y él para encajar los veía junto a los demás las cosas eran distintas, no se asusto ni nada por el estilo, pero no pudo ocultar su sorpresa al ver los vídeos, pues era algo que ni siquiera él mismo se había atrevido a mirar, podía ver a los demás concentrados en lo que pasaba, y se pregunto lo que se sentiría tener un coito, pero el cosquilleo de aquella ocasión era distinto, era deseo, sí, pero un deseo diferente, quizás inclusive era más curiosidad. Pero ahora esto que estaba sintiendo es tan diferente al deseo de un principio, era una sensación en todo el cuerpo que pedía ser tocado de nuevo, que le desgarraba la piel y pedía ser tocado por otras manos y eso le provocaba pensamientos totalmente fuera de lugar en situaciones en las que solamente Jimin sea quien de nueva cuenta le brinde ese placer que le ha otorgado durante todo este tiempo.

Posiblemente se esté volviendo adicto a todo esto, pero le fascinaba, por más que quisiera negarlo era imposible, mordió su labio inferior con fuerza, y antes de que tan siquiera pudiera perderse de nuevo en sus propios pensamientos para descifrar lo que siente, Jimin ingreso a la habitación.

—Se me olvido preguntarte si querías algo de postre —Jimin cerro la puerta detrás de sí, tenía la mirada baja, y en cuanto la levanto le dedico una ligera sonrisa a su amante, miro a Yoongi, sentando cerca del respaldo de la cama pero sin recargarse, estaba hincado en la cama con la piernas levemente abiertas la playera holgada que utilizaba le cubría casi por completo, pero dejaba sus muslos blancos a la vista del portador, se mantenía abrazándose así mismo con un solo brazo y con una de sus manos tomando su propio mentón, en sus mejillas había un ligero rosa pintado, Jimin detallo un poco esa mirada que Yoongi le daba, era distinta, brillante, pero ese brillo era diferente—, ¿pasa algo, gatito?

Yoongi se tenso al escuchar esa pregunta, dejo de mirar a Jimin, bajando su mirada a sus muslos y cerrando por inercia las piernas, trago saliva con pesadez para quitar aquel nudo de su garganta que se estaba formando, su rostro se estaba calentando con cada segundo de silencio que pasaba y eso le estaba poniendo la piel de gallina. Jimin sonrió ladino al ver esa vergüenza en su hyung, lo ha visto avergonzado y siempre se ha visto tan adorable cuando trata de que no lo miren de esa manera, comenzó su camino por el frio suelo bajo sus pies descalzos, sin apartar en ningún momento la mirada de su pelinegro.