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Min Yoongi estaba considerando que es demasiado débil, pero no se siente así físicamente, sino que más bien mentalmente, es débil ante Jimin, ante sus palabras, ante sus caricias, ante sus miradas, ante sus besos... es débil, porque deja que haga lo que quiera y a pesar de que se detesta por permitirle tanta libertad, no puede evitar amar cada cosa que aquel peliplata hace.

Los suspiros escapaban por sus labios mientras sus ojos se entrecerraban nuevamente por la sensación de aquel falo introduciéndose despacio en su interior, sus paredes apretaban ligeramente aquel pedazo de carne que ahora le profanaba con profundidad, sus brazos se encontraban rodeando por los hombros a Park, mientras dejaba que sus dedos se enredasen por las hebras de aquellos platinados cabellos.

—Jimin por favor... —suspiro por lo bajo al sentir como nuevamente Jimin lo jalaba hacia su pene para volver a enterrárselo por completo.

En un principio Yoongi no quería despojarse de sus prendas, mucho menos frente a Jimin y por supuesto tampoco quería en ese lugar, era cierto que cuando sabían que se encontraba trabajando no lo interrumpían para nada, pero eso no quitaba el hecho de que las personas caminaran cerca del estudio, la posibilidad de que los escuchen estaba presente, y no quería que eso pasará, pero ni siquiera Yoongi supo cuando termino en el regazo de Jimin, sintiendo como le devoraba la boca en besos llenos de lascivia y deseo profundo, Jimin había sido claro, que lo dejará complacerlo y eso estaba haciendo, Yoongi estaba dejando que Jimin llevase el ritmo de cada una de las estocadas.

Se había colocado con las piernas bien abiertas sobre aquel peliplata, y Jimin no tardo en tomarlo de las caderas para dirigirlo a su erección, el coño del pelinegro lo recibió con gusto, y Jimin sonrió satisfecho al sentir la humedad de su lubricante natural rodear su verga, estaba más que contento, su hyung siempre parecía estar listo para tenerlo dentro en cualquier momento.

—Me encanta tu coñito, Yoongi —murmuro Jimin en un suspiro, mientras apretaba con sus manos las caderas de Yoongi—, siempre tan listo para recibir mi verga.

—Aaah, aaaah, Jimin aaah —Yoongi gemía por lo bajo, su cuerpo temblaba ligeramente bajo el tacto del peliplata—, m-más, por favooor, ¿sí?

La mirada llena de suplica de Yoongi provoco que el pecho de Jimin se inflara totalmente en orgullo, le encantaba cuando Min le pedía por más, porque eso solamente significaba que le estaba gustando demasiado la forma en la que lo posee, pero Jimin no estaba dispuesto a ir más rápido, quiere que lo disfrute, que sienta como su polla se hunde totalmente en su apretado coño, quiere que su gatito se mantenga con la sensación del placer por todo el resto del día, y que jamás se olvide de quien hace sentir bien a su coñito, quiere dejarle en claro que solamente debe buscarlo a él para darle placer, que no necesitaba de otros hombres para ser complacido.

—Tu coñito lubrica demasiado, pequeño —dijo Jimin bajo la atenta mirada de Yoongi, quien se estremecía por aquella dulce corriente tan placentera que invadía su cuerpo por cada estocada, aquella polla estaba tocando su punto dulce tan bien que lo único que quería era gemir en alto el nombre de Park—, me estás empapando de tus fluidos...

—Mmmmmmgh Jimin aaaaah —Yoongi jadeo cuando sintió su clítoris ser rozado ligeramente por el contacto de la base del pene de su amante, apretó sus labios en un intento tonto por tratar de no soltar un agudo gemido por la increíble sensación que eso le provocaba—, f-fóllame más, por favor, Jimin...

Aquel estudio se estaba llenando del sonido sordo de sus pieles al chocar, el chapoteo debido a los fluidos constantes que salían por el coño de Yoongi empepaban los muslos internos de Yoongi y provocaban que parte de las piernas de Jimin se empaparan levemente con los fluidos tibios y viscosos que el coño de Min desprendía por el placer. El pelinegro deseaba con fervor que Jimin dejase de penetrarlo tan lento, la espera por ser profanado con más velocidad por aquella verga le estaba haciendo delirar, pero no negaba que le estaba encantando el ritmo que Jimin mantenía con sus estocadas, podía sentir aquellas palmas de sus manos hundirse en sus costados y obligándolo a elevarse para dejarse caer sobre la polla erecta, su coño secretaba cada vez más lubricante debido a la sensación tan deliciosa y enigmática que le estaba haciendo sentir el placer de cada estocada, relamió sus labios gustoso cuando sintió como su bolita de nervios era rozada cada que Jimin lo dejaba caer sobre su polla.

Sweet Secret! | JimSu +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora