Sweet Secret! | JimSu +18

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Las cosas deben de estar como siempre si es que se quieren aparentar, aunque era difícil, Yoongi es consciente de que es probable que los demás sientan el cambio entre la relación que mantiene con los demás y Jimin, porque las cosas no eran como siempre, no es como si Yoongi ahora quisiera ignorar a Jimin al igual que como lo hacia con los demás, ahora no podía, mucho menos cuando él se le acercaba.

—¡Hyung! —y de nuevo la voz de Jimin lo hizo prestarle atención, miro detrás suyo encontrándose con el ahora pelirosa caminando hacia él, sus cabellos estaban revueltos y vestía un suéter negro con algunos detalles en diversos colores, en cuanto llego hacia él no dudo en pasar un brazo por su cintura. Ahí estaba un pequeño detalle que seguramente los demás notarían, pues Jimin cuando abraza a los otros usualmente lo hace por encima de los hombros, les pasa un brazo, y a él... a él lo toma por la cintura—. ¿Cómo me veo? A decir verdad, quería otro peinado, pero insistieron que esto estaba bien —señalo su cabello—. ¿Qué opinas? ¿Me veo bien, gatito?

Las mejillas del más pálido no evitaron colorearse en un rosa tenue.

—Jimin —Yoongi bajo la voz y no pudo evitar mirar a los lados, esperando que ninguno de los presentes estuviera prestándoles atención—, se supone que ese apodo te lo tendrías reservado para cuando estemos solos, no deberías de descuidarte con las palabras —Jimin rodo los ojos ante esa reprimenda—, hablo en serio.

—Esto de esconderme no se me da muy bien, cariño —comento Jimin y soltó un resoplido—, ahora, ¿me responderás?

—Te ves bien —dijo Yoongi esta vez—, creo que el peinado te sienta de maravilla —Jimin le regalo una sonrisa ladina, los ojos de Park no tardaron en mirar hacia abajo, justo en aquellos labios delgados y brillantes que le suplicaban que los tomará en un beso, sin que les importase la presencia de los demás miembros del grupo, ni siquiera del staff. Sí fuera por Jimin, ya hubiera dejado de lado los secretos y se hubiera lanzado a devorar la boca de Min Yoongi, pero sabe perfectamente que ni siquiera Yoongi lo dejaría—, ¿qué pasa?

Jimin dejo de mirar los labios e inconscientemente se relamió sus propios labios con la punta de la lengua, sintiéndose aún deseoso por querer probar aquellos belfos.

—Nada —trago saliva con pesadez—, hoy será la última sesión de fotos para este nuevo concepto, y se iniciarán promociones para las nuevas canciones, detesto tanto trabajo —soltó un bufido—, así no me dan tiempo para disfrutarlo contigo.

—Jimin —Yoongi rodo los ojos—, deja eso de lado, además podremos tener tiempo después.

¿Después?

Jimin no estaba muy seguro de eso, Yoongi le ponía ciertas restricciones cuando se trataba de sexo, y aunque eso al pelirosa le fastidiaba, debía respetar las condiciones del pelinegro, porque sino lo hacía eso significaba días sin sexo, no quiere eso, no lo soportaría, necesita de su lindo gatito suplicante, así que no podía simplemente desobedecer o sacar de sus limites a Yoongi. El pelinegro le había puesto algunos puntos sobre la mesa, y esos eran que no debían tener relaciones sexuales en los hoteles donde se hospedaban, porque cualquier cosa podría pasar, como alguna sasaeng infiltrada en el hotel que los descubra, que miembros del mismo staff los escucharan o vieran, o peor aún, que alguno de los chicos estuviera haciendo un en vivo y de repente les quiera hacer una visita para grabar juntos, algunas cosas podían ser demasiado precipitadas, y debían tener todo en cuenta sino querían ser descubiertos por alguna persona, sea cual sea, cualquiera era un peligro para su propia privacidad y por supuesto Yoongi no estaba dispuesto a pasar vergüenza y dar explicaciones a otros y mucho menos Jimin, la otra era que debían de ser lo más discretos posibles en cuanto a su contacto físico y palabras, Yoongi sabe que Jimin no puede medirse a veces cuando se trata de palabras y expresiones, es fácil leerlo y Yoongi tampoco es como si fuera un libro cerrado, ambos pueden identificar fácilmente sus propias expresiones y saben que los demás lo harán en cualquier momento, por eso debían mantener un perfil bajo, aunque Jimin parecía querer romper esa regla.