Capitulo 47 ~ Nuevos descubrimientos

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Los ojos de Riftan se entrecerraron cuando giró para mirarla. Empujándolo a un lado, Maxi se adelantó y levantó las manos. Las alas translúcidas del duendecito, del tamaño de la palma de la mano, revolotearon mientras volaba en círculos vertiginosos sobre su cabeza. Aterrizó con gracia sobre su mano y emitió un grito agudo. De la nada, aparecieron cinco o seis hadas más y empezaron a revolotear por encima de ellos.

— ¿Qué son esas cosas? — refunfuñó Riftan, arrugando el entrecejo.

Al darse cuenta de que se habían salvado, Maxi esbozó una amplia sonrisa. 

— S-Son familiares de los magos. ¡Los demás nos están buscando!

Ella buscó en su bolsa una pluma y un trozo de pergamino. Sin embargo, la tinta congelada hacía imposible escribir. Después de fundirla con el maná que tenía en la mano, se apresuró a escribir en el pergamino que ambos estaban ilesos. También añadió que les faltaban comida y piedras mágicas.

— ¿Qué más... debo escribir? — dijo, levantando la vista con dudas.

Riftan inclinó la cabeza para ojear el mensaje y luego dirigió la mirada hacia la pared rocosa, midiendo la distancia. 

— Diles que se reúnan con nosotros en el lugar donde aterrizamos.

Apoyando el pergamino en la palma de la mano, Maxi escribió el mensaje torcidamente. Sujetó la nota a la cintura del hada con la cuerda con la que se había atado el pelo. El brillante duendecito esmeralda sujetó el pergamino con fuerza contra su pequeño pecho y se alejó corriendo con las demás hadas.

— Alguien... debería venir en nuestra ayuda ahora.

Riftan miró en la dirección que habían tomado las hadas antes de asentir. Cuando él la miró, ella vio alivio en sus ojos.

— Deberíamos dirigirnos hacia allá. No está lejos — dijo alentador.

Empezaron a avanzar de nuevo. Maxi miraba al cielo mientras seguía las huellas de Riftan. Sintió una punzada de ansiedad al notar que el viento en calma volvía a ser más fuerte. Aun para un mago del viento, usar un hechizo de vuelo a través de una ventisca sería imposible. Aunque no sabía cuán grande sería el grupo de búsqueda, dudaba que hubiera algún lugar lo suficientemente grande como para resguardarlos a todos de los furiosos elementos. Miró la pared rocosa e intentó calcular su altura.

Sin aviso previo, Riftan la rodeó con el brazo y los apretó contra la pared. Maxi levantó la vista sorprendida y vio que él miraba con recelo hacia la colina.

Ella siguió su mirada y se quedó boquiabierta cuando vio un caballo blanco en el campo nevado. Era una criatura hermosa, como las que se ven en sueños. Su forma era esbelta y elegante, con patas delicadamente finas, y su inmaculado pelaje blanco deslumbraba más que el de Rem. Maxi observó, embelesada, cómo la crin azul plateada del caballo salvaje ondeaba al viento.

Sus ojos se abrieron aún más cuando notó algo inusual. De la frente del caballo sobresalía un largo y hermoso cuerno que brillaba como el cristal.

Riftan agarró la empuñadura de su espada mientras el unicornio se acercaba lentamente a ellos. Sus ojos azules los miraron dócilmente. Aunque no había ni un ápice de hostilidad en ellos, Maxi conocía bien la vileza que se escondía bajo la fachada amistosa de la criatura.

Agarrando la capa de Riftan, se preparó para lanzar un escudo. Justo entonces, otro unicornio apareció por la colina. Juntaron afectuosamente sus largos cuellos y empezaron a caminar por la nieve. Otro unicornio caminó detrás de ellos, seguido de otro, y otro hasta que pasó toda una manada. Parecía una escena de ensueño. Maxi se quedó hipnotizada viéndolos pasar.

Debajo del Roble ~ Libro 08 [Temporada dos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora