Capítulo 74 ~ ¿...Deseas estar a solas con él?

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El tono ácido de Maxi no detuvo la risita de Sidina. Miró con odio a su amiga y luego le dio un pisotón con la bota debajo del escritorio.

— ¡Ow! ¡No hay necesidad de llegar a lo físico!

— De lo contrario, nunca me harías caso — replicó Maxi hoscamente.

Enfadada, sacó la pluma del tintero para seguir trabajando. Diez minutos más tarde, sin embargo, no había escrito nada. Se apartó el mechón de pelo que se le había caído a la frente, recordando la mortificación y el sentimiento de rechazo de esa mañana.

El par de copas de vino que había bebido para calmar los nervios mientras esperaba a Riftan se le habían subido a la cabeza. Cuando recobró el sentido, estaba desnuda en la cama, bañada por el sol de la mañana. Riftan se disponía a marcharse después de haberle preparado un palangana junto a la chimenea.

Al verla con resaca, le sirvió un vaso de agua fría y salió de la habitación tras advertirle que bebiera con moderación. Su actitud fría, casi indiferente, la dejó estupefacta. Habían estado separados durante tres años antes de reencontrarse en circunstancias que ponían en peligro su vida. Para entonces, eran tantas las emociones acumuladas que la tensión entre ellos era inevitable. Aun así, había pensado que parte de ella ya se habría resuelto.

Había creído que podrían reconciliarse después de este viaje, pero su decepción fue indescriptible. Se juró amargamente no volver a dejar que un licor tan fuerte tocara sus labios.

Mientras se reprendía a sí misma en silencio, Anton irrumpió por la puerta.

— Reúnanse todos.

Los magos lo miraron inquisitivamente antes de bajar sus pergaminos. Rodearon a Anton mientras se dejaba caer en el largo sofá junto a la chimenea. Suspiró.

— Finalmente hemos llegado a un acuerdo con los Caballeros del Templo. La Torre de los Magos se unirá oficialmente al esfuerzo bélico.

— ¿Deberías tomar una decisión así sin consultar a los ancianos? — preguntó Ben, un mago veterano de Undaim. Era una pregunta acorde con su personalidad cautelosa.

Anton asintió.

— El Maestro Calto tenía plena autoridad en este asunto. Antes de partir, el Jefe lo designó como su representante, y los ancianos apoyaron la decisión.

— ¿Destinará la Torre más magos?

Ante la pregunta de Miriam, la frente de Anton se arrugó. Acarició su bien cuidada barba gris y dijo.

— Lo haríamos si pudiéramos, pero dudo que el ejército de la coalición espere a que lleguen. Creo que los caballeros tienen intención de partir hacia la ciudad de los monstruos en cuanto las tropas estén reunidas.

Maxi se mordió el labio.

Anton observó los rostros sombríos de los magos antes de continuar en tono comedido.

— Por supuesto, probablemente se tardaría más de medio mes en terminar todos los preparativos necesarios, pero los magos de la Torre tardarían más en llegar a Eth Lene. De ahí que el maestro Calto haya decidido reunir a los magos libres que se encuentran actualmente en el norte. Ya hemos enviado una notificación a través del gremio de mercenarios. Esperamos reclutar a tantos como sea posible.

A pesar de la esperanza que brillaba en los ojos de Anton, los demás intercambiaron miradas escépticas.

Al notar su reticencia, Anton añadió con un suspiro.

— Los magos que se unan a la coalición serán generosamente recompensados. Se les permitirá estudiar los registros de los magos oscuros antes que nadie, y se les concederán talleres privados en los pisos superiores de Urd a su regreso. Aquellos que deseen permanecer activos fuera de Nornui recibirán no menos de ocho denarios, con compensaciones adicionales en función de la dificultad de la tarea.

Debajo del Roble ~ Libro 08 [Temporada dos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora