Capítulo 78 ~ Richard Breston

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Los grandes y penetrantes ojos de Richard Breston recorrieron la multitud de soldados. Pasó con altivez su yelmo al caballero montado detrás de él y bajó de su caballo de guerra.

Maxi se bajó más la capucha mientras él se acercaba a Sejuleu Aren. El hombre sentía una profunda animadversión hacia Riftan, y lo último que ella quería era iniciar un altercado llamándole la atención. Comenzó a recoger furtivamente sus herramientas.

— Son todos tan grandes — dijo Anette, con la voz teñida de miedo —. Le dan mil vueltas a ese caballero de pelo zanahoria. No creo que pueda volver a llamarlos gigantes.

— D-Dicen que... la gente del norte desciende de los serafines. Un mensajero del cielo... engendró un niño con una mujer humana hace mucho tiempo... y los Baltonianos son supuestamente los descendientes de ese niño.

— A mí me parecen más medio-ogros. Son prácticamente gigantes.

Maxi echó una mirada furtiva a los hombres Baltonianos. Efectivamente, los Caballeros de Phil Aaron no se parecían en nada a los heraldos de Dios. Pieles de lobo cubrían sus armaduras rojinegras, y sus espaldas estaban erizadas de pesadas espadas, hachas de batalla y mazas de hierro. Parecían más guerreros bárbaros antiguos que caballeros.

Su rostro se nubló al recordar lo beligerantes que habían sido estos hombres en el pasado. ¿Qué pasaría con la unidad del ejército de la coalición ahora que se habían unido?

— Ahí está, mi señora.

Maxi miró por encima del hombro al oír la voz familiar.

Ulyseon se acercó a ella a grandes pasos, recorriendo la distancia con sus largas piernas. La miró con preocupación mientras se acercaba.

— Vine corriendo a buscarla en cuanto vi el estandarte de Phil Aaron. Me preocupaba que esos cerdos del norte intentaran acosarla de nuevo.

— Y-Yo estaba a punto de irme. Preferiría... alejarme de ellos si fuera posible.

— Por supuesto, mi señora. Permítame que se los lleve — dijo, tomándole el hueso de draco de las manos.

Maxi buscó en el campo de entrenamiento.

— ¿Sabes dónde está Riftan...?

— Vaya, vaya, mira a quién tenemos aquí — dijo una voz ronca —. Pero si es el cachorro del lagarto blanco.

Dando un respingo, Maxi miró detrás de ella. Richard Breston, que había estado hablando con Sejuleu Aren junto a la puerta hacía unos momentos, se acercaba a ellos pavoneándose. Probablemente venía a buscar pelea tras reconocer la armadura Remdragon. Se detuvo frente a ellos y su intimidante mirada se posó en Ulyseon.

— ¿O debería llamarte ahora el perro rabioso? Te has hecho bastante famoso. Pero, ¿qué otra cosa se puede esperar de la progenie de Sir Rovar?

— Deberías abstenerte de iniciar conversaciones inoportunas — dijo Ulyseon con frialdad, provocando escalofríos en Maxi —. No es mi pasatiempo intercambiar palabras con las bestias.

— ¡Bahaha! Veo que sigues teniendo ese carácter. — El corpulento cuerpo del hombre se estremeció al estallar en carcajadas — ¿No te enseñó tu amo a no ladrar cuando te da la gana?

— No, pero sí me enseñó a silenciar a un hombre al que le gusta abrir la boca.

Los ojos púrpuras de Ulyseon brillaron mientras agarraba la empuñadura de su espada.

Inclinándose, la sonrisa de Breston se convirtió en una amplia mueca. Su voz bajó peligrosamente.

— Tengo curiosidad. ¿Qué te enseñó, pequeño Rovar?

Debajo del Roble ~ Libro 08 [Temporada dos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora