En un mundo donde los colores tienen el poder de la vida misma, Paco, un misterioso gato negro de ojos verdes, debe descubrir su verdadero propósito mientras enfrenta fuerzas oscuras que amenazan con consumir Floor. Junto a su fiel amigo Pedro, un v...
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"El verdadero guerrero no lucha contra los demás, sino contra sus propias sombras."
La Sala del Creador se extendía ante Paco y Pedro como una vasta y deslumbrante extensión de blancura infinita. El espacio a su alrededor parecía no tener fin, una sala sin techo ni paredes, donde la luz no proyectaba sombras, y el eco de sus pasos resonaba de una manera casi imperceptible. Sin embargo, ambos sabían que este lugar, aunque pacífico a primera vista, estaba a punto de transformarse en un campo de batalla que pondría a prueba no solo su fuerza, sino su valor y voluntad.
-Este es el lugar -murmuró Pedro, sosteniendo firmemente su arco en una mano mientras sus ojos azules escaneaban el vacío en busca de movimiento.
Paco, siempre alerta, movía la cola con agilidad, sus ojos verdes brillando con un destello de anticipación. Sabían que los antiguos héroes los esperaban. Los guardianes que una vez habían protegido el equilibrio de Floor, ahora corrompidos por el tiempo y la manipulación de fuerzas oscuras, estaban allí para ponerlos a prueba.
De repente, un cambio en el aire anunció su llegada. La luz en la sala parpadeó, y cuatro figuras comenzaron a tomar forma frente a ellos, materializándose de la nada. Eran imponentes, cada uno representando uno de los elementos primarios que regían el mundo de Floor: Aire, Fuego, Agua y Tierra. Sus ojos brillaban con una intensidad inhumana, y el poder que emanaba de ellos era palpable, haciendo vibrar el suelo bajo los pies de Paco y Pedro.
El primero en avanzar fue el héroe del Fuego, una figura alta y musculosa, su cuerpo envuelto en llamas que se retorcían como serpientes alrededor de sus brazos y piernas. El calor que irradiaba era abrumador, haciendo que el aire a su alrededor chisporroteara y distorsionara.
-No hay tiempo que perder, ¡prepara las flechas! -gritó Paco, transformándose en un Águila en un destello de luz.
Paco ascendió rápidamente por el aire, batiendo sus alas con fuerza para escapar del calor abrasador que comenzaba a consumir la sala. El héroe del Fuego levantó su brazo, y con un grito gutural lanzó una oleada de fuego que atravesó la sala en dirección a Pedro.
Pedro, sin perder la concentración, sacó de su carcaj una Flecha de Reflejo. Tensó su arco con rapidez y disparó con precisión hacia la llamarada que se acercaba. La flecha cortó el aire, y al impactar con las llamas, devolvió el fuego con el doble de fuerza, enviando la energía directamente al héroe del Fuego. Este retrocedió, tambaleándose por el impacto, pero no había sido derrotado.
Desde lo alto, Paco divisaba todo con la mirada aguda de un águila. -¡Vamos! -gritó con un chillido agudo mientras descendía en picado hacia el héroe, clavando sus garras en su hombro con una fuerza inesperada.
Mientras Paco lo distraía, Pedro sacó una segunda flecha y la disparó directamente al pecho del guardián, atravesando su armadura de llamas y derribándolo finalmente. El héroe del Fuego se desmoronó en una explosión de chispas, desapareciendo en el aire.
