"Gracias, Scotty, por ser la voz de la sabiduría y la esperanza, y por guiar nuestros pasos hacia la gloria con tu nobleza eterna."
"Gracias, Zafiro, por recordarnos que a veces la mayor fortaleza se encuentra en el acto de soltar para permitir que otros prosperen."
Hace mucho tiempo, antes de que Max Caos trajera la oscuridad a Floor, el mundo era un lugar de paz. Las montañas flotaban en el cielo, los ríos serpenteaban a través de tierras fértiles y las criaturas mágicas vivían en armonía con la naturaleza. Pero este delicado equilibrio dependía de los guardianes de Floor, seres encargados de proteger la paz del mundo. Entre ellos, dos guerreros destacaban por encima de los demás: Scotty Gold, el perro dorado capaz de controlar la electricidad, y Zafiro, el dragón azul con dominio sobre el agua.
No siempre habían sido aliados. Scotty, sereno y calculador, se apoyaba en la estrategia y la lógica, mientras que Zafiro, impulsivo y feroz, confiaba en su abrumador poder. Aunque sus diferencias eran grandes, el destino tenía un plan que los uniría para enfrentar una de las amenazas más grandes que Floor había conocido: Vaurgar, el Devorador de Luz.
Pero esta vez, no era solo una simple criatura oscura la que amenazaba el equilibrio del mundo. Neos, el corruptor, había despertado de su letargo. Su influencia había infectado a Vaurgar, transformándolo en una entidad aún más aterradora y destructiva. La oscuridad que lo rodeaba no era solo su naturaleza, sino la corrupción que Neos le había imbuido.
Todo comenzó cuando las tierras más lejanas de Floor comenzaron a corromperse. La vida, que solía florecer en cada rincón, empezó a desvanecerse. Los árboles se marchitaban, los ríos se secaban y las criaturas mágicas desaparecían, dejando atrás solo un vacío oscuro y ominoso. Los rumores comenzaron a propagarse por todo el reino: una antigua criatura había despertado.
Scotty y Zafiro fueron llamados por el Consejo de Guardianes. Al escuchar el nombre de Vaurgar, ambos sabían lo que estaba en juego. La criatura, que alguna vez había sido una fuerza de la naturaleza, había caído bajo la influencia de Neos. Su poder, ya devastador, ahora estaba amplificado por la oscuridad y el caos que Neos desataba dondequiera que ponía su atención.
-Vaurgar no es la misma bestia que enfrentamos en el pasado -dijo Scotty, su mirada fija en el horizonte mientras los relámpagos chisporroteaban suavemente en su pelaje dorado-. La corrupción de Neos lo ha cambiado. Si no actuamos rápido, Floor podría ser consumido por completo.
Zafiro, cuyas escamas brillaban bajo la luz del sol, resopló con impaciencia. -Entonces, ¿qué estamos esperando? Vamos a detenerlo antes de que se fortalezca más.
Pero Scotty, siempre el estratega, negó con la cabeza. -No podemos enfrentarlo de frente. Vaurgar ya era fuerte antes de la corrupción de Neos. Ahora, es aún más peligroso. Necesitamos un plan.
Aunque Zafiro prefería la acción directa, comprendía la sabiduría de su compañero. Ambos sabían que esta batalla sería la más difícil que jamás hubieran enfrentado.
Después de varios días de viaje, los dos guardianes llegaron al lugar donde se había abierto la grieta de la oscuridad. El paisaje que una vez fue fértil estaba completamente devastado. El aire olía a podredumbre y la luz del sol apenas podía penetrar a través de la densa neblina oscura que lo cubría todo.
-Está cerca, lo puedo sentir, -murmuró Zafiro, sus ojos escaneando el horizonte. Sus sentidos de dragón podían percibir el peligro acechando en las sombras.
De repente, una presencia abrumadora llenó el aire, y de entre la neblina emergió Vaurgar. Su forma era masiva, más grande de lo que cualquiera de los dos recordaba. Su cuerpo estaba envuelto en sombras que parecían moverse con vida propia, y sus ojos, dos pozos oscuros, irradiaban la corrupción de Neos.
-¡Guardianes de Floor! -tronó la voz de Vaurgar, que resonaba como un eco de mil almas corrompidas-. Venís a detenerme, pero estáis destinados al fracaso. Yo soy la oscuridad, yo soy el fin de la luz.
Con un rugido ensordecedor, Vaurgar lanzó una ráfaga de energía oscura hacia ellos. Zafiro, con sus reflejos afilados, se lanzó al aire, esquivando el ataque, mientras Scotty formaba un escudo eléctrico para protegerse. La energía oscura impactó contra el escudo, pero Scotty sintió cómo el poder de Vaurgar lo hacía tambalear.
-Es más fuerte de lo que pensaba, -gruñó Scotty, mientras el suelo bajo él temblaba por la fuerza del impacto.
-¡Entonces habrá que golpearlo aún más fuerte! -rugió Zafiro, cargando de frente hacia Vaurgar con una ráfaga de agua que rompió la tierra a su paso.
Pero la oscuridad envolvió a Vaurgar, absorbiendo el ataque de Zafiro como si fuera nada. Vaurgar se rió, su voz oscura y cavernosa resonando en todo el campo de batalla.
-¿Eso es todo lo que tienen, grandes guardianes? -se burló-. He absorbido la luz, el agua, la vida. Nada puede detenerme.
Scotty sabía que no podían simplemente atacar de frente. Vaurgar estaba absorbiendo la energía directa de sus ataques, fortaleciéndose con cada golpe. Sin embargo, también se dio cuenta de algo más. La oscuridad que lo rodeaba no era simplemente poder, era la corrupción de Neos, un veneno que lo debilitaba a nivel interno, aunque todavía no se mostraba evidente.
-Zafiro, no podemos seguir atacándolo así. Necesitamos exponer la corrupción, -dijo Scotty, saltando ágilmente entre los escombros mientras llamaba a la tormenta.
-¿Cómo sugieres hacerlo? -gritó Zafiro, esquivando otro ataque de energía oscura que lo dejó apenas a centímetros de ser alcanzado.
Scotty comenzó a canalizar su energía eléctrica, acumulando relámpagos en el cielo. -Voy a crear una tormenta lo suficientemente fuerte como para forzarlo a liberar su poder. Cuando lo haga, debes lanzar tu ataque más fuerte hacia su núcleo. Debemos atacar desde dentro.
Scotty se elevó sobre una roca, sus ojos dorados brillando intensamente mientras comenzaba a canalizar el poder de la tormenta. Rayos caían del cielo, zigzagueando en todas direcciones, llenando el campo de batalla con destellos de luz cegadores. El aire se cargó de electricidad, mientras Vaurgar observaba con interés.
-¿Intentas vencerme con la luz, pequeño guardián? -se burló, extendiendo sus garras oscuras para absorber la energía.
Pero Scotty no le dio la oportunidad. Con un rugido, liberó todo el poder de la tormenta en un solo ataque concentrado, dirigido hacia el cielo. Los rayos se fusionaron en una esfera de energía pura que estalló sobre Vaurgar, forzando su oscuridad a dispersarse momentáneamente.
Zafiro, viendo su oportunidad, inhaló profundamente. Las aguas a su alrededor comenzaron a girar, formando un vórtice de poder puro. El dragón rugió, lanzando una columna de agua con una fuerza imparable, dirigida directamente hacia el núcleo de Vaurgar, que ahora era visible entre las sombras dispersas.
-¡Toma esto! -gritó Zafiro, mientras su ataque impactaba de lleno en el centro de Vaurgar.
La criatura gritó en agonía cuando la combinación de electricidad y agua comenzó a desgarrar la oscuridad que lo envolvía. Durante un breve momento, Vaurgar volvió a su forma original, una criatura inmensa pero noble, liberada de la corrupción de Neos. Pero el daño ya estaba hecho.
-Neos... me... usó -susurró Vaurgar, antes de desaparecer en un estallido de luz. La criatura, finalmente liberada, se desvaneció en el viento, dejando solo un silencio pesado.
Scotty y Zafiro, agotados pero victoriosos, se miraron el uno al otro, respirando con dificultad. Habían detenido a Vaurgar, pero más que eso, habían aprendido a confiar completamente en el otro.
-Nunca pensé que haríamos un buen equipo, -dijo Zafiro, riendo débilmente mientras el agua a su alrededor comenzaba a calmarse.
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Paco el Gato 🐈⬛
PertualanganEn un mundo donde los colores tienen el poder de la vida misma, Paco, un misterioso gato negro de ojos verdes, debe descubrir su verdadero propósito mientras enfrenta fuerzas oscuras que amenazan con consumir Floor. Junto a su fiel amigo Pedro, un v...