Después de los sucesos ocurridos en la serie, el maestro Patada y su ex pupilo Manipulens regresan a su tiempo, envueltos en resentimiento y desconfianza por parte de ambos, el mayor trata de redimir a su ex alumno quien muestra estar en un dilema m...
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El cielo se había teñido de tonos púrpuras, anunciando la llegada de la noche,mientras la arena se preparaba para el enfrentamiento más esperado en "la gran final del torneo lunar".
El ambiente estaba cargado de emoción; el público no podía contener su entusiasmo, vitoreando el nombre de sus combatiente favoritos.
Antes de que se diera inicio a la contienda, el presentador, con su energía habitual, tomó el micrófono:
-¡Señoras y señores! -exclamó, su voz resonando en cada rincón de la arena-. Antes de la tan esperada batalla final, ¡disfrutemos de un pequeño regalo en honor a nuestro festival! A petición del honorable ministerio , nos ofrecerá una danza tradicional junto con los bailarines del palacio. ¡Que comience el espectáculo!
El público estalló en aplausos, y las cortinas se abrieron para revelar a la joven Yan Yan, vestida en un delicado conjunto de seda adornado con detalles dorados. Junto a otras bailarinas, comenzó a moverse con gracia, al ritmo de una música tradicional china. Los movimientos fluían como el agua, cada gesto lleno de belleza y precisión.
Xinyi observaba desde su lugar con un semblante orgulloso, mientras el emperador no podía apartar la mirada, impresionado por la elegancia de la fémina.
-Es realmente una joya -comentó el emperador, ligeramente inclinado hacia su balcon- se ve maravillosa bailando.
La primera ministra esbozó una sonrisa discreta, satisfecha con el impacto de la presentación.
-Ella sabe cómo complacer al público -respondió con sutileza, sin apartar los ojos de su hija.
El público aplaudió con fervor al final del baile, y el presentador volvió al centro de la arena, animado por el ambiente.
-¡Y ahora, queridos espectadores, ha llegado el momento que todos estábamos esperando! ¡El gran enfrentamiento entre el maestro Patada y el guerrero Zeng Chao! -La multitud rugió en respuesta-. Que comience la batalla final.
Ambos contrincantes se encontraron en el centro de la arena, sus ojos fijos el uno en el otro. Los dos guerreros intercambiaron miradas afiladas, sabiendo que este enfrentamiento no era solo una simple batalla por la victoria, sino por mucho más.
-¿Listo para caer, maestro? -dijo Zeng Chao con una sonrisa confiada, su tono suave pero cargado de arrogancia-. He esperado mucho tiempo para este momento. Finalmente voy a demostrar quién es el mejor.
El rojizo mantuvo su postura tranquila, aunque sus ojos revelaban su determinación.
- Tu mente esta nublada -respondió el maestro, con voz calmada-. No se trata solo de ganar. Debo de luchar por lo correcto.
El tormenta soltó una pequeña carcajada, sin dejar de mirarlo fijamente.
-Siempre tan moralista, ¿Pero qué es "lo correcto" en un mundo donde solo los fuertes sobreviven? Tú y yo lo sabemos... solo importa el bienestar propio y de su familia.
