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El sol se ocultaba en el horizonte cuando ambos hombres regresaron a la cabaña después de una semana de cuidar a la criatura . El maestro, de cabello cian flameante, y el exalumno, con su mirada renegada, se encontraron en un silencio mientras entraban en la acogedora morada.

― Ha sido una semana muy peculiar―comentó el mayor, mirando hacia la pequeña que dormitaba en su improvisada cuna.

El de tez clara, con un dejo de sarcasmo, respondió:

―Pues sí . Aunque sigo sin entender por qué cuidas de ella.

El mayor suspiró, reconociendo el persistente esfuerzo del contrario por no encariñarse con la nena.

― No podemos dejarla sola. Además, ¿no te parece que tiene algo especial? Quizás algo mágico ―dijo el de tez rojiza, observando el rostro curioso de la bebé.

Manipulens, mientras comía una manzana del cesto de frutas, respondió con indiferencia:

― Todo tiene algo mágico para ti, sabes? A veces, las cosas son simplemente como son. _

El contrario, sin perder la paciencia, insistió:

― Pero esta niña... no sientes algo diferente en ella?

― Solo siento que me alegra no tener que cargarla todo el día ―bromeó el joven, provocando una mirada de reproche por parte del mayor.

Y tal como lo predijo el de cabello morado ,la tarea de cuidar a la bebé durante las próximas semanas, fue llevado a cabo por el maestro que se encargaba de las responsabilidades diarias y atender a la nena.

...

En este momento de la media tarde, el mayor bañaba a la niña en el río cercano. Mientras tanto, el joven Manipulens , con su libro entre las manos y bajo la sombra de un árbol, retomaba sus prácticas de magia.

― Quizás deberíamos ponerle un nombre. ―sugirió el mayor, buscando la complicidad del contrario.

― ¿Un nombre? ¿Por qué molestarnos? Puedes llamarla como quieras. No creo que le importe ―respondió con indiferencia mientras hojeaba las páginas de su libro.

Entonces el de cabello cian, propuso:

― Pero un nombre podría hacerla sentir más parte de la... familia, ¿no crees?

Manipulens alzó la mirada del libro, entrecerrando los ojos.

― ¿Familia? ¡Ja! Somos un par de lunáticos cuidando de una cría. No creo que ponerle un nombre cambie eso.

Patada , con una mirada burlona, respondió:

― Bueno, cuando me refería a "familia" no fue en el sentido más amplio posible. Pero si prefieres que aclare, hablaba solo de mí mismo. No sé en qué categoría colocarte. _

Moonlight- Patada y Manipulens -KFW (Kung Fu Wa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora