Después de los sucesos ocurridos en la serie, el maestro Patada y su ex pupilo Manipulens regresan a su tiempo, envueltos en resentimiento y desconfianza por parte de ambos, el mayor trata de redimir a su ex alumno quien muestra estar en un dilema m...
La aurora tiñe el cielo con tonos suaves mientras el maestro de kung fu se levanta temprano. Con pasos silenciosos, se encamina hacia la cocina y comienza a preparar su desayuno.
Sin embargo, una inquietante presentimiento lo embarga. El más joven no se encuentra en la cabaña. Intrigado por esta conducta que se ha vuelto costumbre por parte de su ex discípulo, quien nunca revela a dónde se dirige, decide salir en su búsqueda.
En los alrededores, una escena peculiar captura su atención. En lugar de eludir la mañana como era su costumbre, el de tez clara se encentraba en una tierra que se encontraba un poco lejos del hogar , entregado a la tarea de cultivar hortalizas.
Algunas zanahorias, tomates y rábanos brotaban de la tierra , dando señal de un buen cuidado. El de ojos amarillos parpadea, perplejo, ante la imagen del contrario con las manos en la tierra, utilizando un poco de magia de una manera inesperada para regar las plantas y cavar nuevos agujeros para mas plantas.
El de cabello morado no se da cuenta de la presencia del mayor hasta que este voltea al ver al maestro tomar un rábano del cultivo y probar su sabor.
Manipulens, sobresaltado, se levanta rápidamente, tratando de ocultar su sorpresa.
―Oh, eres tu , no esperaba verte tan temprano. ― El joven intenta disimular, pero sus mejillas delatan su incomodidad ante la presencia del contrario.
Patada sostiene esta vez, una zanahoria en sus manos y la observa con curiosidad antes de saborearla.
―Estas hortalizas tienen un buen sabor ¿Las robaste de algún lado? ―pregunta, manteniendo una actitud burlona, pero con una chispa de incredulidad.
El de tez clara baja la mirada, sintiéndose atrapado en su nueva afición.
―Sabes? Hasta el comentario ofende! Bueno, es algo que comencé a hacer después de... después de todo lo que sucedió. Necesitaba ocupar mi mente en algo diferente. ―el joven responde, tratando de justificar su recién descubierta pasión.
El contrario asiente, comprendiendo más de lo que el joven podría haber imaginado. De repente, una sonrisa burlona se dibuja en el rostro de Patada.
―Parece que la tierra te ha traído algo bueno. ―El maestro se acerca a su exalumno y le da una palmada en el hombro. ―Por lo menos, ahora tienes un nuevo talento para impresionar a las chicas.
El de mirada rubí, aún avergonzado, menciona.
―No te burles, eh! No es tan sencillo como parece. ―Manipulens intenta mantener su orgullo, pero la sorpresa del mayor le ha dejado algo molesto.
El maestro se ríe suavemente.
El contrario asiente, aún tratando de procesar la situación.
―Bueno, Espero que sea tu nueva forma de mantenerme ocupado―bromea.
