⛸️Capítulo 40⛸️

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Recordatorio malicioso.

(Lo mismo que dije en el anterior cap, como hubo bastantes comentarios he decidido subir este capítulo porque estamos a finales del libro. Depende de si hay comentarios subiré capítulos más seguidos para ya terminar el libro).

Kenzie

Aún no logro asimilar todo esto, ¿es justo? Claro que no lo es. Mi madre es un verdadero monstruo, ¿cómo ha sido capaz de causarle tanto daño a mi hermano? Caleb no merecía pasar por todo eso. Es mi jodida culpa, yo siempre fui egoísta y velaba por mi bien, no por los demás. Me fui y lo dejé en manos de esa mujer, sufrió las consecuencias y es mi culpa. No puedo dejar de culparme, ahora la culpa de la muerte de Fabrice me atormenta también. Estoy enloqueciendo, no puedo dejar de pensar en todos los errores que cometí. Soy un fiasco.

No dejaré que mi hija regrese con nosotros, estará segura con los padres de Sarahí. Ahora tenemos que buscar a Caleb, tengo que abrazarlo y pedirle perdón por todo. Es mi hermano menor y yo debía cuidarlo... claramente fallé.

Las palabras de Atenea se quedaron grabadas en mi cabeza. Ella me dijo que debo tener la mente fría, no puedo permitir que mis pensamientos impulsivos me ganen. Tengo que actuar con cautela. Tuvo razón en todo eso que me dijo.

Me ato mi cabello, mientras me miro al espejo. Lauren me envió un mensaje, ella lo tiene. La quiero tener en frente de mi para partirle la cabeza y dejarle en claro que cometió un grave error en traicionarme. Ya estoy lista. Voy toda de negro con guantes de cuero del mismo color, tomé el pasamontañas y me lo pongo. Me doy una pasada, mis ojos siguen hinchados y rojos. No me molesté en cubrir lo mucho que he llorado. ¿Para qué sirve?

Gema está atada en el sótano, Finn cumplió con lo que le pedí. Por eso no dejaré que mi hija pise esta casa con esa mujer aquí. Aiden, papá y Aedus ya tienen todo listo. No sabemos qué nos espera, pero mi hermano vendrá con nosotros.

Escuché la puerta de mi antigua habitación abrirse, no me inmuté porque sé que es Aedus. No lo culpo, porque él quería esperar, sin embargo me enoja todo esto y que Caleb vuelva a pagar las consecuencias de mis actos otra vez.

No dije nada, Aedus se puso detrás de mi ya vestido todo de negro. Ignoro lo atractivo y bello que se ve vestido así, como si fuera un maleante pero esculpido por los dioses. Trae su pasamontañas en la mano izquierda. Me mira a través del espejo que tengo en frente de mi.

—¿Ya nos vamos? —rompí el silencio.

—Si. Ya tenemos que partir —responde con seriedad, sin dejar de mirarme.

—Bien —me doy la vuelta dispuesta a irme, su otra mano toma mi muñeca. Levanté la mirada para clavar mis ojos en sus iris esmeraldas —. No tengo tiempo para esto, Aedus —aclaré cortante —. Mi hermano me necesita.

—Créeme que lo sé, Mack —hizo una pausa —. Pero no me gusta que estemos así, quiero estar junto a ti.

—Estás junto a mi.

—Me estás alejando de ti, amor.

Me quedé en silencio sin saber que decir, apreté los labios en una fina línea. No entiendo por qué dice esto en este preciso momento, cuando tres de nuestros enemigos tienen a mi hermano.

Terminé por zafarme de su agarre, el rostro de Aedus se endureció y sus ojos ya no brillan.

—Vámonos —me doy la vuelta y salgo de la habitación con el corazón bombeándome a mil por horas.

Si, soy una completa idiota.

Al salir de la casa papá está afuera de una camioneta negra blindada junto con Aiden quien ya tiene su pasamontañas. Los dos hombres se giraron para verme. Casi no les he hablado, me mantuve callada todas estas horas.

Always stayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora