Señora Barker
Kenzie
—Estoy muy nerviosa.
—Ken, vas a casarte en pocos minutos con tu crush de la infancia —miré a Sari quien me sonríe con los ojos llorosos.
—¡Si lloras me harás llorar a mi también! —reprocho, histérica. La morena se acerca a mi y me abraza.
—Cuando tuviste en coma creí no volver a ver a mi mejor amiga —murmuró en mi hombro —. Y no sabes lo orgullosa que estoy de ti. ¡Vas a casarte, cariño! —ambas sonreímos al separarnos. Limpié sus lágrimas y ella las mías que no pude ocultarlas.
La puerta es abierta, sonreí al verlas entrar.
—¡Ah, no lloren! —nos regaña Amelia. Nana se acercó a mi, rodeándome con sus brazos. Besa mi sien con ternura.
—Te ves hermosa, Kenzie —me halaga Atenea caminando hasta mi. Le sonreí, agradecida.
—Ya debes bajar, todo está listo —miré a la hermosa mujer de ojos azules muy claros.
Jessica me guiña un ojo.
Tragué grueso, observando mi vestido en el espejo delante de mi. Desde pequeña soñé con una hermosa boda. Yo caminando por el altar con un vestido de princesa. Ahora... lo estoy cumpliendo y no puedo explicar todas las emociones que recorren por mis venas.
(Así es el vestido).
Mis damas de honor me acompañaron a bajar, papá ya estaba esperándome. Limpia varias lágrimas de sus mejillas al verme. Me acerco y sus ojos iguales a los míos brillaron.
—Mi hermosa hija hoy se casa —comentó sin poder creérselo. Me ofrece su brazo y yo lo acepto. Nos preparamos y el corazón se me encoge cuando la melodía de Video Games de Lana del Rey se escucha por toda la iglesia. Intenté no llorar cuando Daisy me pasa mi ramo de tulipanes y acomodan mi velo de novia.
Segundos después papá y yo empezamos a caminar por el altar, los invitados se ponen de pie. Addison va delante de nosotros tirando pétalos de tulipanes rosas. Mi mirada conectó con el hombre al que amo, mi alrededor desapareció al ver esos iris esmeraldas mirarme con adoración. Nunca oculta lo mucho que me ama. Aedus se ve más bello de lo que ya es, el traje que carga me dan ganas de quitárselo. Su cabello por fin está peinado, supongo que nuestra hija lo regañó para que lo tuviera perfecto. Tiene las manos unidas y sus ojos no me pierden de vista. El padre está a su lado. Tengo todas las miradas en mi.
Cuando papá y yo nos detenemos delante de ellos, sonreí de lado. Aedus me hace una reverencia y me ofrece su mano.
—Ustedes dos siempre fueron el uno para el otro —habló papá, mirándonos —. Hoy te estoy entregando a mi niña, Aedus Barker. Por favor, cuídamela siempre —mi hombre asiente con cautela, mirándome fijamente. Tomé su mano y me alejo de mi papá, lanzándole un beso por encima de mi hombro.
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Always stay
AcciónSEGUNDO LIBRO DE LA BILOGÍA STAY "Siempre sufriremos en el amor" Mackenzie ahora es la mejor patinadora del mundo, ganando premios a cada competencia a la que va. Ella cree estar feliz..., pero sigue sintiendo que le falta algo que se rompió cuando...