Prefacio

2.4K 93 2
                                        

Varsovia-Polonia.

Un año  y medio atrás...

Cada historia tiene un inicio, un desarrollo y un final. ¿Pero qué pasa cuando el amor te queda guindado en las manos y no te lo permiten dar? ¿Qué pasa cuando te limitan y juegan contigo? Kylian siempre se preguntó que estuvo haciendo mal durante todos los años que amó a Kassia incondicionalmente. Siempre la buscó y trató de demostrarle cuan sincero era lo que profesaba por ella. Lo que sintió por la mujer fue instantáneo. Era como si los cielos los hubiesen bendecido al conocerse. Kylian nunca pensó que no fuera recíproco y por muchos años se lamentó guardarse sus emociones... hasta que se confesó.

Su familia era muy prestigiosa y se podría considerarse la realeza irlandesa. Pero la vida del empresario más cotizado de su país, tenía un lado muy oscuro. Él siempre anheló poder y controlar a todos a su alrededor. Sus padres querían que Kylian tuviese una mejor vida, pero el hombre decidió desde muy temprana edad que era lo que quería. A diferencia de otras mafias, el irlandés si sabía y podía expresar amor, pero decidió guardarlo... otra vez.

De todas maneras, el amor era una mierda con él.

—¿Te vas a despedir de mi hermana? —le preguntó Maksym, al darse cuenta de que la mirada de su amigo estaba perdida en la mujer que se aproximaba a ellos.

—¿En serio no puedo volar con ella y ver a qué país va? —se giró para verlo a la cara—. Yo...

—Solo Nikolas sabe a donde irá. Puedes despedirte desde aquí —el polaco suspiró—. Ve a inspeccionar el avión. Puedes encontrarte con ella de casualidad mientras revisas qué todo esté en orden.

Kylian sonrió de medio lado.

—Hasta el final de los tiempos, hermano... Hasta el final de los tiempos yo sigo creando oportunidades para estar con Kassia y ella... —guardó silencio y negó con la cabeza—. Me despediré en el avión. Lo más probable es que Fabrizio me golpeé cuando se entere.

—Todos somos ciegos cuando estamos enamorados.

—No, Mak. Yo me cansé de amarla. Ella agotó todo tipo de sentimiento que podía albergar en mí —dicho eso, se fue directamente al avión.

El mafioso se había guardado y aguantado más de lo que un ser humano podía soportar. Su padre, un hombre de la mafia retirado y de carácter fuerte, ya no sabía qué hacer con su hijo. Deseó matar más de una vez a la mujer que le causó tanto dolor a su primogénito, pero entendió que si su muchacho superaba eso, su corazón se endurecería... y cuanta razón tenía.

Kylian subió al avión y al fondo escuchó a varias personas discutiendo. Él no estaba de humor para meterse en otros asuntos. Pronto sería el nacimiento de la hija de Mak y no podía seguir mezclando a Polonia con Kassia. Hoy simplemente era el final de su historia y por más que él...

—¿Kylian, que haces aquí? —una dulce voz resonó por el avión, él dejó de revisar el asiento y se giró para ver a la mujer que lo había llamado—. Solo el personal autorizado debe... 

—Esto es de mi amigo —ella frunció el ceño—. Es de Nikolas. He venido a revisar que todo esté bien para la persona que estará en el vuelo.

—Pero ya fue inspeccionado por el personal autorizado... —ella vió el rostro desmejorado del hombre—. Iré a traerte un jugo porque estás muy pálido —se dió la vuelta para irse, pero el mafioso tomó su mano para detenerla—. ¿Qué pasa?

—Tienes la mejilla roja. Escuché que había personas discutiendo. ¿Quién te golpeó? —ella le dió una sonrisa amistosa y se soltó de su agarre.

Educando al MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora