Upsi

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"Los cité aquí porque ayer mi omega fue atacado..." Harry comenzó, su voz baja, peligrosa, y tan cortante como una hoja afilada.

Cada palabra parecía resonar como una sentencia. Caminaba lentamente frente a los hombres, contratados apenas ayer para proteger a Louis, con la precisión y autoridad de un general ante sus tropas.

"Si vuelve a pasar..." Se detuvo un instante, mirando a cada uno de ellos como si ya estuvieran condenados. "Mataré al responsable."

Su tono era frío, sin un ápice de duda. No era una amenaza vacía; era una promesa.

"Necesito que lo vigilen las veinticuatro horas del día. Sin que se dé cuenta," añadió, su mirada intensa fijándose en el grupo.

Uno de los hombres, con el cabello rizado, se atrevió a hablar, aunque su voz temblaba ligeramente. "¿Por qué sin que se dé cuenta?"

Harry se giró lentamente hacia él, sus ojos oscuros y fijos como el abismo. Dio un paso hacia adelante, y el aire en la habitación pareció volverse denso.

"Porque mi omega es un niño malcriado atrapado en el cuerpo de un adulto," dijo con un tono que apenas contenía el desprecio. "Y no acepta que lo cuiden. Pero eso no es una excusa para fallar en su deber."

Su mirada parecía penetrar hasta los huesos del hombre, que tragó saliva con nerviosismo.

"Si él llega a notar su presencia," Harry continuó, acercándose aún más, hasta que el hombre no tuvo más remedio que inclinarse bajo el peso invisible de su autoridad, "mataré al idiota que permitió que lo descubrieran. ¿Quedó claro?"

El hombre asintió rápidamente, su rostro pálido.

Harry sonrió, una sonrisa oscura que no ofrecía consuelo, solo más peligro. "Ahora, largo."

Los hombres comenzaron a moverse, apresurados, pero antes de que pudieran alcanzar la puerta, la voz de Harry los detuvo en seco, su tono bajo pero cargado de una violencia latente.

"Si algo le pasa a mi omega bajo su cuidado..." Su mirada recorrió lentamente a cada uno de ellos, y el silencio en la habitación se hizo insoportable. "Los mataré a todos. A ustedes, a sus familias, y a cualquier rastro que dejen en este mundo."

La amenaza era absoluta. No un mero castigo, sino la erradicación total.

"No es una advertencia," añadió, con un brillo frío en los ojos. "Es un hecho."

Los hombres apenas podían moverse, congelados por el miedo, asintiendo con torpes movimientos. Finalmente, se retiraron, temblando, sin atreverse a respirar demasiado fuerte.

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"¿Qué haces aquí solo, bebé?" La voz de Harry sonaba profunda y cargada de intención mientras se acercaba a Louis, quien estaba recostado bajo un árbol en el campus.

"Aiden y Nigel todavía están en clase, y quería un poco de sol." Louis sonrió con suavidad, levantando el iPad para mostrarle lo que estaba leyendo. "No me quedé en la biblioteca."

Harry alzó una ceja, intrigado. "¿Fanfic otra vez?" Su mirada se posó en la pantalla, y su sonrisa se ensanchó. "¿Hannibal y Will?"

"Sabes que son mi tipo de amor favorito." Louis le lanzó una mirada juguetona y le extendió el iPad. "Lee el prólogo."

Con una malicia encantadora, Harry tomó el iPad y comenzó a leer en voz alta, su voz ronca y peligrosamente sexy envolviendo las palabras. "La sangre y el aliento son solo elementos que cambian. Para alimentar tu resplandor. Will dijo, derrotado, con la cabeza desangrándose en el piso."

No JudgementWhere stories live. Discover now