"Hoy iré a la oficina con mi padre, ¿quieres venir?" preguntó Harry, saliendo de los vestidores impecablemente limpio y vestido con una camisa ajustada y pantalones negros que hacían que a Louis se le ocurrieran pensamientos **no aptos para menores**.
Louis, que intentaba concentrarse en algo que no fuera lo bien que Harry lucía, se pasó la toalla por el cabello mojado. "No traje ropa adecuada," comentó, aunque más bien estaba buscando una excusa para no sucumbir al caos que era estar cerca de Harry en traje.
Con una sonrisa traviesa, Harry le arrebató la toalla y comenzó a secarle el pelo él mismo, con esa cercanía casual que siempre ponía a Louis nervioso.
"Estás guapo de todas maneras," dijo Harry, sacudiendo su cabeza como si fuera un perro. "Además, no vamos a una reunión formal, solo voy de visita."
Louis, entre risas y medio ronroneos, intentó resistirse a las sacudidas de Harry. "¿Y yo para qué voy? ¿Vas a presumirme como si fuera tu trofeo?" preguntó, pero las carcajadas delataban que en realidad no le molestaba nada.
"Porque eres bonito y mi mamá quiere verte," respondió Harry como si fuera lo más obvio del mundo. "Mamá te ama. No te hagas del rogar."
Louis no pudo evitar una sonrisa traviesa.
Aquiles, el omega más genial que había conocido en su vida, empresario exitoso, guapo, y además, tenía un esposo increíble y un hijo... que intentaba no pensar demasiado en lo increíble que era.
"¿Sabes? Creo que me quiero casar con tu mamá," bromeó Louis, mientras intentaba recuperar la compostura.
Harry le dio un empujón suave. "Lo peor es que sé que él aceptaría. Te adora. Siempre dice que eres el mejor omega para mí." Apenas dijo esto, Harry se dio cuenta de lo que acababa de soltar y su cara se volvió de un rojo intenso.
Louis, fingiendo desinterés mientras se peinaba con los dedos, aprovechó el momento para lanzarle una mirada burlona. "Oh, ¿sí? ¿Y saben que nuestra 'relación' es solo para que mi ex me deje en paz?" dijo mientras se ponía los zapatos con una sonrisa juguetona.
Harry, aún sonrojado, negó con la cabeza. "Nah. Pero sé que si fuera real, estallarían de alegría. Te ven como... el omega perfecto."
Louis se echó a reír, incapaz de resistirse. "Bueno, es que soy adorable, ¿qué puedo decir?" respondió, como si fuera la verdad más grande del mundo.
Harry, riéndose también, se inclinó para darle un beso rápido en la mejilla. "Lo eres. Para mi desgracia, lo eres," murmuró, aunque Louis podía sentir que esa broma llevaba un poco más de verdad de lo que ambos querían admitir.
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La oficina del CEO era todo lo que Louis imaginaba: enorme, elegante, con un librero que parecía salido de una película de espías.
Pero, sin duda, el accesorio estrella era la legendaria foto de un Harry de cinco años, sonriendo de una manera adorable y vestido de dálmata, enmarcada con cariño por Aquiles en su escritorio para que todo aquel que entrara pudiera admirarla.
Louis vivía para ver esa foto cada vez que entraba a la oficina. Era su pequeña dosis de felicidad.
Pero hoy, cuando Harry le abrió la puerta y ambos entraron, Louis notó lo peor: la foto no estaba.
"¿Dónde está?" Louis exclamó en un tono de pánico cómico, casi dramatizando, lo cual provocó que Harry estallara en carcajadas.
"La secretaria la tiró la semana pasada. Mamá la mandó a restaurar, pero aún no está lista." Harry se acercó con una sonrisa y le colocó una mano tranquilizadora en la mejilla.
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No Judgement
Fanfiction"Y básicamente, ahora eres mi novio." Louis sonrió y ladeó su cabeza. Harry abrió la boca y miró a Luke y Louis como si a los chicos le hubieran crecido veinte cabezas más a cada uno. "¿Cómo carajos hicieron eso en un fin de semana?"