Equivocado

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"¡Pequeñas mierdas que me roban el oxígeno! ¡Necesito su ayuda!"

Harry irrumpe en la sala de estudios que Nigel y Aiden construyeron cuando eran niños en la casa de Nigel, jadeando como si hubiera corrido un maratón.

"Dame dos días y te escondo el cuerpo." Nigel dice sin levantar la vista de su celular, hundido en el cojín como si eso fuera lo más normal del mundo.

"No voy a traerte más cosas ilegales de Tailandia, Harry." Aiden ni siquiera lo mira, concentrado en su cuaderno de bocetos, haciendo garabatos casuales.

Harry suelta una carcajada, negando con la cabeza. "No es eso, esta vez no me metí en nada... ilegal."

"Oh, entonces sí escucho." Aiden levanta la vista con una sonrisa intrigada.

Harry se toma un segundo, haciendo una pausa dramática solo para intensificar el suspenso. "Louis y yo nos besamos ayer."

Ambos lo miran, sin la menor pizca de sorpresa. Nigel se estira como si acabara de oír que llueve.

"Hemos sido amigos desde que teníamos tres años, obvio que lo sabríamos al mismo tiempo que tú. Es telepatía a estas alturas." Nigel encoge los hombros con indiferencia mientras Harry rueda los ojos. "Pero felicidades, supongo."

"Siempre arruinan mi momento." Harry hace un puchero exagerado. "En fin, ayúdenme a hacer la mejor propuesta que el mundo haya visto para pedirle que sea mi novio, por fis."

Aiden lo considera un segundo y luego asiente. "Suena divertido."

Nigel suspira y se encoge de hombros. "No tengo nada mejor que hacer." Lo dice con desdén fingido, pero la sonrisa en su cara lo traiciona.

Harry sonríe como un idiota enamorado. "Louis va a ser mi novio."

"¡Ya era hora!" Aiden levanta las manos en señal de celebración, y Nigel suelta una risa.

"Vaya que te ha costado, amigo."

........................

"Amor de mi vida." Nigel llegó hasta Louis y lo abrazó como si no lo hubiera visto en siglos, envolviendo al omega en un abrazo que casi lo levantó del suelo.

"Mi amor." Louis le respondió con igual entusiasmo, plantando besos sonoros en ambas mejillas de Nigel, riendo al notar cómo dos monjas se persignaban apresuradamente mientras murmuraban el Ave María al verlos entrar en una 'sex shop'.

"Bueno, parece que las hemos salvado del pecado," bromeó Louis mientras veía desaparecer a las religiosas, justo cuando ambos salían de la tienda con una mirada cómplice. "¿Crees que necesitarán confesión después de esto?"

Nigel soltó una carcajada, y los dos se encaminaron hacia una tienda de ropa.

Louis había decidido acompañar a Nigel en esta ocasión para ayudarlo a elegir ropa para su cita.

Sí, el indomable Nigel estaba cayendo de nuevo en las redes del amor. Era un espectáculo digno de verse.

"Me dijiste que a Adam le gustan las estrellas, y a ti las camisas ridículas. Pues, amigo, cómprate esta de aquí."

Louis señaló una camisa con un estampado de estrellas brillantes que parecía más una explosión galáctica.

Nigel puso los ojos en blanco, pero obedientemente tomó la prenda. "¿Sabes? Algún día te cobraré todas estas humillaciones."

Louis sonrió como si fuera el rey de todo. "Ese día, Nigel, será el fin de los tiempos."

Mientras Nigel desaparecía entre percheros, Louis vislumbró algo en la tienda de al lado. "Nunca es mal momento para comprar bragas," murmuró para sí mismo, sonriendo de oreja a oreja, y se dirigió hacia Victoria's Secret.

No JudgementWhere stories live. Discover now