No Judgement

Casi...

Louis tenía un ranking muy específico de sus personas favoritas en la familia Styles.

1. Aquiles, la madre de Harry.
2. Charlotte (Lottie para la familia), la hermana mayor de Harry.
3. Y Harry... en el último lugar, pero con posibilidades de subir.

Claro, también adoraba a Patroclo, el padre de Harry, y al pequeño Lucky. Pero si hablamos de favoritismos, los omegas eran su debilidad.

Aunque, a decir verdad, con lo que estaba por suceder, Harry bien podría escalar unos cuantos puestos en su lista.

Louis estaba sentado, jugueteando con los dedos, nervioso como si estuviera a punto de ser sentenciado a cadena perpetua.

No se atrevía a levantar la mirada, porque estaba convencido de que si lo hacía, Aquiles, con esos ojos marrones tan penetrantes, le leería el alma como un libro abierto.

Y descubriría la verdad.

"No sé de qué hablas", balbuceó Louis tras un largo silencio incómodo.

Aquiles soltó una risa. Louis supo inmediatamente que era una risa falsa, de esas que dicen "no intentes engañarme".

"Cariño, eres un pésimo mentiroso."

Aquiles cruzó las piernas y lo miró con la cabeza ladeada, como si fuera una detective resolviendo un caso obvio. "Sé que te gusta Harry. Tu Instagram es básicamente un álbum de ustedes dos riendo como idiotas."

"Eso es..." Louis se mordió la lengua antes de decir algo que lo metiera aún más en problemas.

Claro, podría alegar que solo estaban fingiendo una relación para mantener a raya a su ex, pero... ¿a quién pretendía engañar? Ni siquiera a él mismo le sonaba convincente.

Adoraba a Harry.
Y Aquiles lo sabía.

Lo olía en el aire, lo veía en sus ojos. Maldito sea ese omega tan perspicaz.

Por suerte, Harry entró en ese momento, como si hubiera sido convocado por un hechizo.

Ya no llevaba el saco elegante con el que había llegado.

Ahora lucía uno floral de color blanco que, en cualquier otro contexto, Louis habría destrozado con una broma.

Pero Harry... Harry podía ponerse un mantel de picnic y seguir viéndose como un maldito modelo.

"Mamá, Lottie tiene una emergencia con Lucky. Está en el estacionamiento", dijo Harry, intentando sonar agitado. Parecía haber corrido, aunque Louis sabía que solo estaba actuando.

Aquiles se levantó tan rápido que Louis apenas tuvo tiempo de parpadear.

"Más tarde hablamos de esto", advirtió Aquiles antes de salir corriendo de la oficina, probablemente con el plan de salvar a Lucky de una "emergencia inexistente".

El silencio que siguió fue pura liberación.

Louis soltó una carcajada y miró a Harry con los ojos entrecerrados. "Lottie no está en el estacionamiento, ¿verdad?"

Harry esbozó una sonrisa traviesa. "Bueno, no está... aún. Tenemos unos minutos antes de que Aquiles se dé cuenta de la trampa. Mejor salgamos."

Louis no pudo contenerse y se abalanzó sobre Harry para abrazarlo. "Eres un maldito genio, ¿te lo he dicho? Te adoro."

Harry rió, un sonido suave y contagioso, y correspondió el abrazo con fuerza. Pero justo cuando pensaron que podían relajarse, el teléfono de Harry vibró. Era el guardaespaldas de Aquiles. El mensaje era claro: Aquiles está volviendo. Y está furioso. Corre.