Mío

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Se separaron del abrazo, pero el brazo de Harry permaneció firmemente en la cintura de Louis, como si no tuviera intención de soltarlo jamás.

Mientras caminaban hacia la sala de la casa, Harry se inclinó lo suficiente para rozar sus labios contra el borde de la oreja de Louis, dejándole sentir su aliento cálido.

"Quiero que sepas que lo golpearé," le advirtió Harry, su voz profunda, casi un gruñido que vibró contra la piel de Louis, mientras abría la puerta con un movimiento fluido, el rey entrando a su palacio con su doncella en sus brazos.

"Quiero que sepas que no me molesta. De hecho, me da cierta satisfacción," Louis respondió, la sonrisa en sus labios tornándose un poco más oscuras que despertó un destello peligroso en los ojos de Harry.

"Me gusta esto de nuestra relación," murmuró Harry, tirando suavemente de Louis hacia él. "Ese trato tácito... ignorar las partes más oscuras del otro para seguir embriagándonos con lo mejor."

Con una lentitud calculada, Harry le quitó la máscara a Louis, sus dedos deslizándose por su rostro antes de enterrarse en su cabello, jugando con los mechones mientras lo peinaba con una ternura que contrastaba con el brillo salvaje en sus ojos.

"¿No me preguntarás qué pasó con Prince?" Louis dejó caer su frente en el pecho de Harry, sintiendo cómo este se tensaba y se relajaba al mismo tiempo cuando tomó asiento en el taburete frente al piano.

"No es de mi incumbencia. Pero si quieres..." La voz de Harry bajó un tono, volviéndose casi ronca mientras sus labios capturaban el lóbulo de la oreja de Louis y lo mordisqueaban con descaro antes de besarlo con intensidad, su lengua apenas tocando la piel sensible. "Puedes decírmelo."

"Quiero decirte," Louis susurró, acomodándose entre las piernas de Harry, el roce intencionado de su cuerpo contra el de él arrancándole un gruñido bajo y vibrante.

Sintió cómo Harry lo envolvía, cómo su pecho cálido se pegaba a su espalda, cómo su aliento se aceleraba contra su cuello.

Con movimientos lentos, deliberados, Louis enredó sus dedos en los listones que sostenían la máscara de Harry y la dejó caer, sus labios siguiendo el rastro de la piel recién expuesta con una reverencia casi devota.

Harry sonrió, pero no fue una sonrisa cualquiera; fue una que prometía que no había nada que no haría por él.

Louis podía pedirle el cielo. Y se lo daría.

"Dime. Sabes que nunca te juzgaré," murmuró contra sus labios, apenas rozándolos antes de retomar su posición en el piano, pero esta vez con una mano envolviendo la cintura de Louis, manteniéndolo cerca.

Louis comenzó a hablar, cada palabra más difícil de pronunciar mientras los labios de Harry no abandonaban su cuello, alternando entre besos suaves y mordiscos que enviaban escalofríos por su espalda.

El sonido del piano se mezclaba con su respiración entrecortada mientras Harry seguía tocando, pero era evidente que su atención estaba por completo en Louis, como si cada nota fuera un eco de lo que sentía por él.

Cuando terminó de contarle cómo Prince lo había traicionado, cómo lo había buscado y manipulado con su voz de alfa, Harry gruñó, un sonido profundo y tan peligroso que Louis sintió su piel erizarse.

"Básicamente, Prince es un idiota posesivo que usa su perfil de alfa para conseguir lo que quiere... Sin dudas lo golpearé," prometió, su sonrisa peligrosa y oscura, como si ya estuviera saboreando el momento.

Louis no pudo evitarlo.

Se inclinó y besó la línea firme de su mandíbula, y al hacerlo, sintió un calor líquido entre sus piernas, húmedo y ardiendo por la muestra de protección, de posesión que su alfa acababa de demostrar.

No JudgementWhere stories live. Discover now