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"¿A dónde van tan guapos?" Nigel irrumpió en el departamento de Harry como si fuera el dueño y se encontró a Harry y Louis en pleno beso.

La pareja se separó sin inmutarse, y Louis simplemente tomó un florero y se lo lanzó a Nigel. "Para variar, podrías tocar la puerta," murmuró, aunque con una sonrisa traviesa.

"A la semana de la moda," respondió Harry, sin perder la compostura.

Se miró en el espejo y se guiñó un ojo a sí mismo. "Jesucristo, soy realmente guapo. Deberían hacerme una estatua."

Louis, vestido con una camisa y unos pantalones de lino blanco, se plantó a su lado en el espejo. "No más que yo, amor, pero me parece adorable que lo intentes." Le dio unas palmaditas en el hombro, como si estuviera consolándolo.

"¿Otra vez con el concurso de narcisismo?" Nigel resopló, poniendo los ojos en blanco. "Creí que habíamos superado esa fase después de que se hicieran novios."

"Admite que eres afortunado de tener amigos tan guapos como nosotros," replicó Harry, con un tono exageradamente dramático. "Nosotros elevamos tu promedio de belleza, Nigel."

Nigel frunció el ceño. "Y tú elevas mi presión arterial." Sin pensarlo dos veces, tomó el florero y lo lanzó de vuelta hacia Harry.

Louis se dobló de risa mientras Harry esquivaba el golpe por los pelos, y Nigel murmuraba: "La estatua mejor que sea de cerámica, así también la puedo lanzar."

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En la fiesta post pasarela.

Harry y Louis, con los dedos entrelazados, posan para las cámaras como si fueran la realeza.

"Ya puedo imaginarme los titulares sobre por qué vinimos juntos," murmura Louis al oído de Harry, y este se inclina para besarlo sin reparos.

"Entonces, demos un buen espectáculo." Harry le guiña un ojo y desliza un brazo por detrás de la cintura de Louis, acercándolo más mientras siguen posando. Como si estuvieran protagonizando su propia telenovela.

Harry siente un poco de pena por los modelos de la pasarela, pero no es su culpa que él y Louis sean un cóctel tan jugoso que todos los paparazzi quieran beber de ellos.

"¿Sabes? Estoy casi seguro de que dirán que estoy embarazado," dice Louis, con un aire de drama digno de alfombra roja, mientras esquiva a varios fotógrafos que intentan obtener un mejor ángulo.

"¿Ah, sí? ¿Será niño o niña?" Harry sigue el juego y le lanza un guiño tan exagerado a una fotógrafa que la pobre casi se cae de su escalón.

"Son gemelos. ¿No te lo había dicho?" Louis suelta una carcajada cuando Harry lo mira, fingiendo un desconcierto que podría ganarse un Oscar.

"¡Gemelos! Y yo que pensaba que habíamos hecho triplets," Harry se lleva una mano al pecho como si estuviera genuinamente sorprendido, haciendo reír a todos a su alrededor.

Finalmente logran entrar al evento, y mientras reconocen a varios de sus amigos, Louis añade: "Oh, y si me preguntan, diré que el embarazo es de quintillizos. Ya sabes, para mantener la intriga."

"Perfecto. Quiero ver la cara de mi madre cuando lo lea," responde Harry, con una sonrisa traviesa, justo antes de que un amigo se acerque y les pregunte si ya se habían anotado para la clase de yoga prenatal.

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"¿Quieres bailar, mi cálido atardecer?" Harry le ofrece la mano a su pareja sentada en uno de los taburetes frente al bar, charlando con varios amigos.

No JudgementWhere stories live. Discover now