Golf

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Después de un par de horas, Harry y Louis salen de la habitación y bajan para el brunch.

"Buenos días," saludan Dante y William, los padres de Louis, alzando las cejas.

"¿A qué se debe el milagro de que estén despiertos a estas horas?" William pregunta con una sonrisa burlona, mientras observa a Louis, que todavía está medio dormido y es cargado por Harry como si fuera un saco de papas. Harry lo baja con cuidado.

"Iremos al club de campo con Nigel y Aiden," explica Harry mientras toma asiento al lado de Louis, apartando la silla para él con una sonrisa. Dante está sentado en la cabecera de la mesa.

"Espero que no se hayan olvidado el coche en el bar de jazz otra vez," dice Dante con tono juguetón. La reacción de pánico compartida entre Harry y Louis no pasa desapercibida.

"¿Llevamos el auto?" Louis pregunta, abriendo los ojos en estado de alarma. Ya sería la sexta vez que les pasa algo así.

Dante suelta una risa y sacude la cabeza. "Fueron y regresaron en Uber."

Harry suspira aliviado. "Si mi papá se entera de que esto ha pasado de nuevo, me quita el coche y me pone un chofer."

"¡Bien merecido lo tienen!" Dante los regaña con diversión, y Harry baja la cabeza en señal de sumisión.

Louis se ríe al ver la expresión de perrito regañado de Harry y le acaricia la cabeza como si fuera un cachorro. "Eres un buen chico, ¿sabes?"

Harry sacude la cabeza con un bufido, pero se muerde la lengua por accidente, causando un pequeño "¡Ay!" cuando lastima su piercing.

Louis se echa a reír ante la escena, disfrutando del momento. Dante y William se miran entre sí, compartiendo una sonrisa.

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Al final no fueron de compras, porque Dante le prestó ropa a Harry.

Y en opinión de Louis, a Harry le quedaba bastante bien la ropa de golf que gritaba "sé una buena princesa, y papi te recompensará llevándote al cielo."

Pero eso no tenían por qué saberlo ni Harry ni el padre de Louis.

"Dijiste que iríamos a jugar tenis, no golf," se quejó Louis con un puchero, fingiendo que le molestaba el conjunto de Harry cuando en realidad lo único que quería era arrodillarse frente a él.

"Iremos, cariño, pero primero quiero jugar." Harry se ajustó los puños con una sonrisa traviesa. "Me prestó ropa para las dos cosas, no te preocupes."

Louis asintió, pero no pudo evitar sonreír de lado cuando los ojos de Harry hicieron un recorrido lento de pies a cabeza, deteniéndose descaradamente en sus piernas.

Louis vestía una falda de tenis blanca y una camiseta polo ajustada de color rosa, con zapatos negros. Sabía que se veía sexy, y lo confirmó cuando vio a Harry morderse el labio, dándose la vuelta justo a tiempo para que no lo pillara mirándolo demasiado.

Obviamente, estaba intentando contenerse. Pobrecito.

"¿Nos vamos?" La voz de Harry sonó más grave de lo habitual, ronca con un dejo de deseo.

"Claro," respondió Louis con inocencia fingida, tomando su mano con firmeza mientras se dirigían al carro. Se inclinó para susurrar: "Te ves increíble en ropa de golf, por cierto. Casi dan ganas de dejar el tenis y dejar que papi me lleve al cielo."

Harry soltó una risa seca, agachando la cabeza mientras negaba divertido. "Sabía que ese conjunto te iba a gustar."

Louis sonrió de oreja a oreja, triunfante.

No JudgementWhere stories live. Discover now