☽ Capítulo 23 ☾

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Hazel


—Lo siento...

Rastrillo el cabello de mi alfa con calma, disfrutando de la sensación de tenerlo en mis brazos y prestarle mi hombro para desahogarse. Por otro lado, tanto mi mente como mi cuerpo se sienten machacados, atropellados por su dolor. Mis párpados están tan hinchados que apenas veo una franja a través de ellos.

—Te amo más allá de todo por lo que creas que debes disculparte —le prometo—. Recuérdalo siempre.

Moon entierra su rostro en la curva de mi cuello y se deja hacer, las lágrimas que caen por mi hombro se deslizan hacia mi espalda y me hacen cosquillas. Besa mi cuello y olfatea. No demora en recobrar la compostura, pero es increíble que finalmente me haya escuchado, que haya confiado al punto de atreverse a mostrar lo peor de sí. Hoy Moon me ha dejado ver a través de la fractura en su corazón. Y ha sido horrible. Y ha sido lo más bonito.

Y hay algo extraño en él.

Su prana...

Deja un mordisco en el lóbulo de mi oreja y mi tren de pensamientos se descarrila.

—¿Cómo te has sentido? —inquiere. La pregunta suena como un abismo melodioso, aguardentosa y relajante—. Lo que dijo Kantaro...

—Taro exagera. Solo tengo náuseas, por eso he perdido un poco el apetito, y... no sentirte por nuestros lazos me ha vuelto un poco loco.

—El ritual fue largo, no quería que el movimiento energético te molestara a través de nuestro vínculo.

Oh, he ahí el motivo del "ruido" que sentía antes de ir a buscarlo al cuartel.

—¿Estás bien? —pregunto, preocupado—. ¿El ritual fue difícil?

—No fue la gran cosa. Lo siento, no quise inquietarte, amor.

Moon me picotea la boca y me roba una sonrisa.

—Ya, ahora estás aquí. Solo necesito... —Me sonrojo y hago una pausa. Él ladea su cabeza y su sonrisa en un sugestivo gesto. Río—. Oye, ¿qué te he dicho de meterte en mi cabeza?

—Juro que no lo he hecho. Dime qué necesitas.

—¡Ya lo sabes!

—No tengo idea.

—No te burles de mí —bufo.

—No hay nada malo en desear mi polla.

Mi boca forma una línea tiesa, un guion que estira mi cara enrojecida. ¡Me niego a perder en este juego! Me apoyo en la mesa sobre mis antebrazos y pongo mi mejor sonrisa de ligue.

—Pues... Necesito muchas proteínas para formar a este cachorro...

El rostro de Moon se ensombrece, pero es ese tipo de oscuridad íntima que atrae la lujuria. Un gruñido grave trepida en su pecho y el instinto me llama a exhibir el cuello. Lo hago con placer y hambre.

REDEMPTION【Libro II】| Disponible en físico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora