Ultraviolence
Capítulo 8. Pelargir
"Fue todo en ella tan luciente, que nadie,
Suspirando dulcemente, podrá olvidar su gracia arrobadora."
Se aplicó una generosa capa de ungüento en los nudillos, a pesar de que Halbrand insistiera en ayudarla. Su intenso encuentro en la playa, por extraño que pareciera, había disipado parte de la tensión entre ambos, permitiéndole sentirse más relajada en su cercanía. En la cena, él la trató con una solemne cordialidad, respetando los límites sin cruzar sus líneas. Cenaron en silencio y luego se prepararon para descansar. Galadriel se acurrucó bajo su capa, sobre la hierba, frente al suave resplandor de la hoguera. Halbrand, por su lado, apoyó la espalda contra el tronco de un árbol, sus ojos fijos en el oscuro y sereno horizonte del mar mientras ella caía lentamente en el sueño.
Durante un largo rato, él la observó en silencio, con la quietud en el pecho, preguntándose fugazmente si algo volvería a arrebatársela. Si tan solo pudiera hacer que ella viera lo que él había hecho, y lo que estaba dispuesto a hacer por ella... Suspiró suavemente, sus ojos se deslizaron sobre su cabello ondulado que caía sobre la sien, la punta de su oreja afilada asomando entre los mechones. Por un instante, dudó, deseando extender la mano para tocarla, sin que lo supiera, sin despertarla. Una simple caricia, una inofensiva, una muestra silenciosa de protección, quizá incluso de redención. Sin embargo, se contuvo como tantas veces antes. Se contuvo igual que lo había hecho las noches que pasó frente a sus barrotes, vigilándola sin que ella lo supiera, prometiéndose a sí mismo en silencio que, de algún modo, la sacaría con vida.
Halbrand cerró los nudillos con fuerza, sintiendo el calor familiar de su anillo de oro presionando contra su piel. Un susurro apenas perceptible, como un eco de su poder, resonaba en su mente, con una voz silenciosa que solo él podía escuchar. Todo estaba en orden, todo permanecía en su sitio, tal y como él lo había dispuesto. Aun en la distancia, el lazo que una vez tejió a través de los anillos de poder, le permitía saber y seguir sabiendo sin importar qué lejos estuvieran todos. Él podía verlos si se concentraba, observarlos bajo una capa de invisibilidad que le permitía no ser detectado. Pequeños hilos de energía que se movían sobre el vasto tapiz de la Tierra Media. Nada de eso importaba ya. Lo que más lo inquietaba era Adar, aquel traidor que alguna vez había sido parte de su propio círculo oscuro. ¿Estaba muerto? Halbrand cerró los ojos, dejando que el poder del anillo amplificara su intuición. Y ahí estaba. Adar, perdido en algún páramo remoto. Jurando venganza contra Annatar, la máscara bajo la que él, Sauron, se había ocultado. El traidor sabía tanta verdad, y esa verdad podía convertirse en un arma peligrosa.
Una tensión se apoderó de su pecho, una mezcla de odio y temor que lo hacía sentir más humano de lo que quería admitir. Pero lo que realmente lo inquietaba era otra cosa, una vulnerabilidad recién expuesta que él nunca había permitido saber a nadie antes: Galadriel. Ahora, Adar lo sabía. Sabía que Sauron, el Señor Oscuro, había caído en algo más peliagudo que una simple manipulación o deseo de poder. El pensamiento de que Adar pudiera utilizarla, o incluso atreverse a hacerle daño para llegar hasta él, despertó en Halbrand un recelo considerable. Un destello de posesividad cruzó sus entrañas, subiendo como el fuego por su garganta. Sus dedos se tensaron, luchando por contener la emoción en crescendo que el anillo alimentaba en él. Con cada latido, sentía que un poder oscuro quería controlarlo, como siempre lo había hecho, tentándolo a dar el primer golpe, a eliminar toda amenaza antes de que se materializara. Pero él, ahora, más que nunca, debía ser paciente.
No era el final. Sabía que el verdadero peligro apenas estaba a punto de comenzar. Todo lo que había hecho, todo por lo que se había esforzado, había sido clave para llegar a lo que era en ese momento. Galadriel, su mayor aliada, así como su mayor adversaria, era la clave, y aunque le costara admitirlo, también su debilidad.
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Ultraviolence ⟡ Galadriel & Sauron
FanficEl nuestro no fue un encuentro casual. Ni la suerte, ni el destino, ni ninguna otra palabra que usen los hombres para hablar de las fuerzas que no tienen la convicción de nombrar. La nuestra fue obra de algo más grande. Y fue la divina providencia l...