Ultraviolence
Capítulo 6. Fuego y hielo
"No hubo manera en la que pudiera separarse el calor del fuego,
Así como la belleza de lo eterno."
Las horas de cabalgue hacia el oeste transcurrieron en un silencio pesado, roto solo por el sonido de las garras del huargo golpeando el suelo, el viento gélido rozando sus rostros, y el incesante murmullo de la naturaleza. El sol apenas asomaba por el cielo grisáceo, bañando el paisaje en una luz pálida y fría. Galadriel cabalgaba con la espalda recta, aunque su cuerpo estaba exhausto, agarrándose a Halbrand con todas sus fuerzas. Él se encontraba más resistente y firme bajo su agarre que en la previa ocasión, habiendo recuperado sus fuerzas sin casi haber probado bocado. El paisaje cambió a medida que se acercaban a la costa del oeste, la brisa del mar elevaba suavemente las temperaturas comenzando a acariciar sus pieles. Halbrand permanecía en silencio, tan atento como siempre, con la mirada fija en el horizonte, mientras el huargo avanzaba a paso firme. El olor del agua salada empezó a invadir el aire, más cálido y húmedo que en las montañas, y el sonido lejano de las olas rompiendo contra la orilla les indicó que estaban cerca.
Galadriel tembló un momento, mareada, agotada, anticipando su llegada. Sintió que se iba a desmayar de un momento a otro, en cuanto por fin pudiera ver el pacífico horizonte azul del mar, su cuerpo iba a abandonar toda resistencia. Halbrand llevó una palma sobre la suya, sobre los dedos que se agarraban a puñados a la tela de su cintura, en una caricia liviana.
—Tranquila...
Lo oyó murmurar de manera serena, ella fugazmente preguntándose cómo había detectado el pico de su agitación. Al llegar, el huargo aminoró el paso hasta un simple trote. Halbrand lo detuvo cerca de una casa de madera derruida. Le faltaba la mitad del techo, y la puerta había desaparecido hacía tiempo. No quedaba más que una estructura frágil, erosionada por el tiempo y el viento. Solo tres de sus paredes aún se mantenían en pie. Parecía el refugio de alguien que había abandonado la costa hacía mucho, pero para ellos era suficiente. Un lugar donde asentarse, aunque fuera temporal.
Galadriel bajó del huargo con pasos torpes. Sin pensar, se quitó las botas dejándolas caer a ambos lados. Halbrand bajó de la bestia, siguiéndola con la mirada a ella. Galadriel sintió el contacto frío de la hierba bajo sus pies descalzos, jadeó por la agradable sensación, avanzando con apresuradas zancadas para bajar el montículo y tocar la arena, suave y cálida, acariciando sus pies. Caminó hacia la orilla, con la respiración entrecortada, a cada paso más cerca del agua. Cayó derribada de rodillas, tocando la arena húmeda de la orilla con ambas manos. No pudo contener las lágrimas. El mar, la luz cálida del sol casi cegándola, la libertad... diez largos años había pasado desde que se había sentido así. Se llevó una mano al rostro, cubriéndolo mientras sus hombros se sacudían por la liberación de sus lágrimas. Su otra mano hundía los dedos sobre la arena mojada, frente al tímido roce de la suave espuma de una ola. El olor salado del mar llenaba el aire, el sol acariciaba su piel pálida y desgastada por la prisión, y todo su ser se torció en un sollozo incontrolable. No podía dejar de llorar.
A metros de ella, Halbrand se mantenía en pie, observándola de medio lado. No se acercó, respetando el momento. La comprendía más de lo que ella podría llegar a entender; entendía a lo que sabía recuperar la libertad que tanto había ansiado. Todavía podía recordar lo que había significado para sí el exilio de Morgoth, cómo esa sensación opresiva que lo había controlado y esclavizado durante eras, arrebatándole hasta su voluntad, había desaparecido de la noche al día, liberándole por fin de sus pesados grilletes.
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Ultraviolence ⟡ Galadriel & Sauron
FanfictionEl nuestro no fue un encuentro casual. Ni la suerte, ni el destino, ni ninguna otra palabra que usen los hombres para hablar de las fuerzas que no tienen la convicción de nombrar. La nuestra fue obra de algo más grande. Y fue la divina providencia l...