Ultraviolence
Capítulo 13. El torneo
"No hay nada que temer,
Nada puede privarnos de nuestro destino,
Es un regalo."
El diseñador de la corte, que los previos días había estado obsesionado con Galadriel, tomando las medidas de su cuerpo mientras murmuraba continuamente "perfecta... perfecta... es perfecta" le había dejado esa misma mañana tres vestidos para ella. Cada prenda confeccionada parecía un tributo a su belleza inmortal, cada uno inspirado en un aspecto diferente de su ser. Uno de los vestidos representaba el mar, evocando el azul profundo de sus ojos y la conexión directa del mar con la ciudad portuaria que era Pelargir. Otro, de un rosado claro y cálido, buscaba resaltar su cabello dorado, como si ella fuera una flor. Y el último, oscuro como la noche, estaba adornado con pequeños detalles que evocaban el firmamento, brillante y eterno, como la esencia de Galadriel.
La noche de antes, Galadriel se deshizo con pudor del vestido liviano que había llevado y el que Halbrand desgarró con exasperación. Un sentimiento de vergüenza la invadía al pensarlo. Al mirarse en el espejo, en el baño, encontró las marcas que él había dejado como recordatorio en su piel: un leve rastro de sus dedos en el costado de su muslo y un mordisco suave en el cuello que apenas mantenía un color rosa claro. Se alegraba de que la carne pálida de sus pechos estuviera intacta, su corazón palpitaba ante esos recuerdos.
Bronwyn había llegado temprano esa mañana al castillo para ayudarla a prepararse para asistir al torneo. Estaba emocionada, revoloteando por la habitación de Galadriel mientras sostenía uno de los vestidos entre las manos.
—¿Cuál eliges? —preguntó Bronwyn, y antes de que la elfa pudiera abrir la boca, soltó una risita encantadora—. Está bien, yo te daré mi recomendación. ¡Este de aquí! —levantó el vestido rosado como un hibisco, admirándolo—. Es precioso. Vas a parecer una flor.
La prenda era como los primeros rayos de sol de una puesta, suave y envolvente, como pétalos de gasa. Las mangas largas y anchas caían grácilmente, y el material, cubierto por una delicada gasa traslúcida, se anudaba al pecho y luego descendía suavemente desde las caderas. El detalle más encantador eran las pequeñas flores que se encontraban bordadas en el pecho; varias blancas, rosas, azules y rojas, un toque sutil y encantador. Elena ayudó con cuidado a vestir a Galadriel, mientras Bronwyn daba vueltas alrededor, admirando cada detalle.
—¡Estás preciosa, Galadriel! —exclamó Bronwyn, aplaudiendo con entusiasmo—. ¡Casi pareces una novia!
—Casi —respondió Galadriel alegrándose de que fuera mucho más rosa y ligero que lo que realmente eran los vestidos de boda. Se miró en el espejo mientras Elena ajustaba el lazo en su cintura, y no pudo evitar sentirse extraña. Los vestidos de los elfos eran hermosos y solemnes, al igual que los de los humanos, aunque estos tenían un estilo, de alguna forma, distinto. Pero ella últimamente prefería los trajes ligeros de cuero, con los que se podía mover con facilidad gracias a las mallas y las ligeras cotas de mithril.
—Te ves perfecta —dijo Elena, suavemente, admirando su trabajo antes de retirarse discretamente—. ¿De veras que no necesitáis nada más?
—Yo me encargo del peinado, cielo. Tú también puedes ir a prepararte —Bronwyn le guiñó un ojo, y cuando se quedaron finalmente a solas, ella empezó a buscar las horquillas para el pelo de Galadriel.
Tomó la mitad superior de su cabello trenzándolo delicadamente bajo la coronilla, dejando que la mitad inferior cayera en suaves ondas hacia abajo. Incorporó un pañuelo de seda para atar su cabello dorado.
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Ultraviolence ⟡ Galadriel & Sauron
FanfictionEl nuestro no fue un encuentro casual. Ni la suerte, ni el destino, ni ninguna otra palabra que usen los hombres para hablar de las fuerzas que no tienen la convicción de nombrar. La nuestra fue obra de algo más grande. Y fue la divina providencia l...