CAP 43

624 18 2
                                    

Miedo, una emoción que puede aterrorizar a una persona. Sí, es un mecanismo de defensa, pero Vero no se sentía así. Por favor, estaba embarazada, aterrorizada, sufría de tensión alta. Cualquier cosa que la alterara era grave para su hijo o para ella, y si llegaba al colapso, ni quería imaginar qué vendría. Su única esperanza era que Daniel ya sabía de su secuestro.

3 horas antes...

¿Si grito, me escuchará?

La verdad, sentía mucho miedo. Maldito día en el que Mariana se enamoró de mi hombre. Todo era su culpa. Pero, cambiando el tema, cuando íbamos saliendo, Daniel estaba afuera con uno de sus guardaespaldas.

Y grité:
— ¡Dani! — Él volteó y se iba a acercar a mí, pero...

— Maldita perra — el ex de Mariana sacó su pistola, apuntando a mi cabeza y la otra apuntando a la cabeza de Emma —. Si te mueves, las mato.

— Déjalas en paz, ellas no tienen la culpa.

— No, pero ella es tu punto débil, así que vamos a hacer que sufras. Luego sabrás de nosotros.

Con la ayuda de unos hombres, nos montaron en una camioneta negra.

3 horas después...

— Emm, tengo mucho miedo.

— Lo sé, yo igual.

— No saldremos de aquí, ¿cierto?

— No seas negativa. Daniel y tus hermanos van a mover cielo, mar y tierra para buscarte. ¿No era lo que querías?

Todo esto era mi culpa. Si yo no me hubiese ido de la casa, nada de esto habría pasado. Si no fuera tan vengativa, no estaríamos aquí. Daniel estaría conmigo, acariciando mi barriga; no tendría este miedo, y Emma no estaría aquí. Todos seríamos felices si yo no hubiese sido una estúpida.

Lágrimas salían de mis ojos y abrazaba mi barriga estaba protegiéndolo de cual sea que fuera mi destino, mi bebé no tenía la culpa de esto, ¿Por que te si que ser tan terca? ¿Por que no me quedé en casa? ¿Por que Mariana tuvo que aparecer en nuestras vida? Todo era su culpa, aunque también era mia, no debí irme me arrepiento demasiado, eso me merecía, solo esperaba que Daniel nos encontrará antes de que fuera tarde, de que me estaba buscando lo sé pero mientras me sentía culpable.

— Perdóname.

— ¿Por qué?

— Por mi culpa estamos aquí.

— Puede que sí, como puede que no.

— ¿Me odias?

— No, claro que no. El embarazo te afecta mucho, enana.

— Daniel sí me debe estar odiando.

— Él te ama. No creo que te odie. Ustedes son el uno para el otro.

— Seguro que sí. Mi bebé y yo lo amamos.

— Y por eso él nos sacará de aquí.

— Muy confiadas ustedes — una tercera voz se escuchó, llenando de miedo todo el lugar —. Yo, que ustedes, no lo estaría.

Sacó una pistola.





Nos vemos el otro
fin de semana
(Corto para no dejarlos
Con duda)

!El Sexy Amigo de Mis Hermanos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora