- Emm, ¿puedo ir a tu casa?
Después de la discusión que Daniel y yo tuvimos, vine a la habitación de invitados con Emma.
- ¿Mi casa? Vero, más bien me quiero ir yo de ahí.
- ¡Ya sé!
- ¿Qué se te ocurrió?
- La mansión, nadie está allá, podemos irnos.
- ¿En serio le dejarás el camino libre a esa con Daniel?
- Que hagan lo que quieran.
- Sé que te estás haciendo la fuerte. Ven aquí -Emma me había abrazado.
- Ella está dañando todo lo que he hecho para tenerlo.
- ¿Y tú vas a seguir dándole esa oportunidad?
- Quiero que me ayudes a que se le caiga la máscara.
- Pues, el que viva aquí te sirve.
- De igual manera me iré, necesito unos días para mí.
- Te acompañaré por esos días.
- Podemos salir a fiestas y hacer todo el desmadre que hacíamos antes.
- Vero, estás embarazada.
- No tomaré, solo bailaré y disfrutaré.
- Sabes que tu barriga es muy notable, ¿verdad?
- No tienes que recordármelo, pero por fa, vamos, déjame vivir solo por ese momento mi juventud. Cuando mi bebé nazca, solo serán biberones y pañales.
- No lo sé, si tus hermanos o Daniel se enteran de que te acompañé, me matan.
- No lo harán, diré que fue mi culpa -puse mis ojitos de gatito.
- Estás bien terca.
- Gracias, Emm.
Luego de eso, me quedé dormida en sus brazos, hasta que me desperté a las 3:00 de la madrugada y bajé a la cocina por agua y un antojito madrugador.
Estaba bebiendo agua cuando una voz me dio un buen susto.
- ¿Cerecita? -salté del susto.
- ¡Joder, qué susto!
- ¿Qué haces aquí?
- ¿Dah, tomando agua?
- Siempre estás sarcástica.
- Lo lamento, así soy.
- ¿No podías dormir?
- Vine por agua y un antojito, ¿y tú?
- Por agua, no he podido dormir.
- Qué mal por ti.
- Gracias por tu cariño.
- A tu orden -Daniel rodó los ojos.
- ¿Cuál es tu antojo? -se levantó de la silla del mesón y se acercó a donde estaba yo.
- Leche chocolatada con banana y cereal.
- Ven, te lo prepararé. Espérame en nuestra habitación, ¿sí? -me dio un beso en la mejilla.
- Ja, claro, el deber de consentir a tu hijo. Quieres engañarme para que vaya a dormir en la habitación, manipulador.
- Pero, bebé...
- No, pero sí hazme mi antojito. Iré a esperarlo en el sofá.
- Eres traviesa.
- Y así te saldrá el hijo, por quejarte tanto.
Me fui a esperarlo al sofá, y en menos de tres minutos me dormí.
- Bebé, aquí... -hizo una pausa- te ves tan linda -dejó el tazón en la mesita y se agachó a la altura de mi barriga y empezó a acariciarla-. Hola, tesorito, soy papi. ¿Cómo te estás portando? ¿Tienes hambre, cierto? Mami se quedó dormidita para que te alimente. Mi lindo bebé, sabes que te amo, que a pesar de que a veces meta la pata, tú y tu mami son mi vida entera. No quiero que jamás dudes de eso. Aquí vendrá a vivir tu hermano y espero que cuando nazcan se lleven bien -le dio un beso a la barriga-. Vamos a despertar a mami para que comas. Amor, despierta -me acariciaba la mejilla-. Bonita.
- Mmm.
- Despierta, aquí está tu comida.
- ¿Mi comida?
- Sí, linda -me acomodé mejor para poder comer.
- ¿Quieres que te la dé?
- Sip -Daniel rió y luego agarró el tazón.
- Abre la boquita, bonita -abrí la boca-. ¿Está rico?
- Sí, es muy rico.
- Últimamente tus antojos ya no son tan raros.
- Sí, ahora solo son cosas dulces o picantes.
- Sí, pero el doctor te ha dicho que el picante no es bueno consumirlo.
- Sí, y odio el picante, pero a veces me dan ganas de comerlo.
- Eso es normal, amor -me dio otra cucharada-. Amo el puchero que haces cuando comes. Sabes, desde que estás embarazada, has estado más mimada y muy tierna.
- Tierna y todo lo que quieras, pero aún así te puedo mandar a la verga.
- Esa boquita tuya no cambia.
- Me crié con tres hombres, ¿qué esperabas?
- Pero tienes que cambiar eso, ahora eres mamá.
- Sí, está bien -me puse a llorar.
- Ey, no, bebé, lo siento.
- Me regañaste muy feo.
- No, mi amor -me abrazó fuerte-, yo no quise hacerte sentir mal. ¿Me perdonas?
- Sí, pero llévame con Emma, ya tengo sueño.
- ¿No quieres dormir conmigo?
- Está bien, pero vamos.
- Me haces el hombre más feliz -me dio un beso cuando estábamos subiendo las escaleras-. Te amo.
- Yo te amo más.
- No más que yo.
- Claro que sí -llegamos a la habitación, Daniel me coloco en la cama y nos abrazamos para dormir juntos.
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!El Sexy Amigo de Mis Hermanos!
RomanceSe trata de Verónica una adolescente de 18 años, que por desgracia tienes tres hermanos mayores super posesivos, territoriales y celosos que no les temblaría la mano para matar a quien se meta con su princesa... Daniel es el mejor amigo de estos tr...