¿Feliz? Eso era poco. ¿Cómo podía definir esto? ¿Emocionada? ¿Enamorada? La verdad, no tengo idea, pero lo que sí sé es que es lo mejor que me ha pasado, tanto así que me sentía mareada.
—Estoy muy feliz —le dije mientras lo abrazaba.
—Bebé —me abrazó fuertemente.
—Dime —le sonreí.
—Tengo que decirte algo —me alejó un poco.
—¿Pasó algo?
—Yo... yo voy a tener un hijo.
Mierda, tenía que decirle. No podía dejar que le mintieran de esa forma.
—Mi amor, no es tuyo.
—Cerecita, es mío, me lo dijo Mariana —arrugué mi cara en forma de molestia.
—El hijo no es tuyo.
—Verónica, si estás celosa, mi hijo no tiene la culpa.
—Te estoy diciendo que no es tu hijo.
—Verónica, yo de verdad quiero un hijo, por si no lo sabías, y no dejaré que por tus celos digas que no es mío.
—¡Mierda, eres tan terco! ¡No es tu jodido hijo! —Me estaba mareando. ¿Esto era normal?
—¡Deja tus jodidos celos! ¡Es mi hijo, te guste o no! Lo criaré cueste lo que cueste, ¡que eso te quede claro!
Me estaba sintiendo mal, de verdad que sí, mi nivel de molestia era alto.
—Daniel, te llevo diciendo que ese hijo no es tuyo, es de Carlos. Te engañó.
—No me tienes que recordar que me engañaron. Además, a ti también te engañaron, y tus propios hermanos.
—Eres un hijo de puta —me iba a voltear cuando todo me dio vueltas y caí al piso.
—¡Vero!
Daniel había metido su mano para que no me golpeara la cabeza. ¿Así iba a empezar nuestra relación?
Daniel me había cargado estilo princesa hasta el carro y me llevó al hospital. Me realizaron diferentes exámenes para saber qué me había pasado.
Iba abriendo mis ojos poco a poco. Sentía una mano sobre la mía, así que volteé mi cabeza, y él estaba ahí, con su cabeza apoyada en la camilla. Se veía triste.
Volteé mi rostro nuevamente hasta ver todo. Estaba en un hospital. ¿Qué coño me había pasado? Ahí recordé lo último. ¿Me había desmayado? Últimamente no estaba comiendo bien, realmente no tenía hambre, y la mayoría de la comida me daba náuseas.
—Bebé... —volteé mi cabeza hacia donde él estaba—. ¿Cómo te sientes?
—Bien —estaba enojada. ¿Cómo no me había creído?
—¿Segura? Llamaré al doctor.
—No —ni que fuera demasiado.
—Tengo que hacerlo, tienen que hacerte un examen de sangre, entonces te tienen que trasladar hasta allá.
—¿Mis hermanos? —necesitaba de sus abrazos; odio los hospitales.
—Ellos no saben que estás aquí, pero tranquila, bebé, pronto saldremos. Aguanta un poco.
Él sabía, sabía que odiaba estar aquí.
—Está bien.
—¿Quieres agua?
—No.
—Iré a buscar al médico, espérame aquí.
—Ni siquiera puedo irme.
—Cerecita, era un chiste.
—No estoy para eso.
—Vero...
—No quiero que mis hermanos se enteren.
—¿De qué?
—De que estoy aquí. Se preocuparán y llamarán a mis papás.
—Está bien —nos miramos a los ojos—. ¿Les diremos?
—Si tú quieres hacerlo.
—Claro que quiero.
—Pues lo haremos entonces.
¿Que creen que
Le este pasando a Veronica?
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!El Sexy Amigo de Mis Hermanos!
RomanceSe trata de Verónica una adolescente de 18 años, que por desgracia tienes tres hermanos mayores super posesivos, territoriales y celosos que no les temblaría la mano para matar a quien se meta con su princesa... Daniel es el mejor amigo de estos tr...