—Digamos que ya no te veo así.
—¿¡Qué!?
—O sea, no sé lo que siento, solo sé que ya no te veo como una hermanita.
—Espera, ¿te dan celos verme con Carlos?
—Puede ser, no sé, nunca me he enamorado o me he sentido celoso.
—¿Te me estás declarando?
—Solo... —volteó a verme desde su asiento— deja que las cosas fluyan.
—¿Eso es un sí o un no?
—Eso es un no estoy seguro.
—¡Pero, Dani!
—Cerecita...
—¿Soy bonita?
Tenía que saber qué estaba sintiendo Daniel por mí; la ansiedad no me dejaría en paz.
—Sabes que sí, no es necesario preguntar.
—Entonces, ¿andarías conmigo?
—Tengo novia, enana.
Aunch, eso sí me dolió. Sentí como mi corazón se quebraba otra vez, así que bajé mi cabeza y empecé a jugar con mis dedos. Daniel volteó y me vio.
—Ey, cerecita.
No hubo respuesta de mi parte.
—Vero, yo... yo no lo quise decir de ese modo. Es que, realmente, delante de todos, yo y Mariana somos novios y tú y Carlos igual.
—Pero se acostó con alguien más.
—Y yo hice lo mismo contigo.
—Solo di la verdad.
—¿Y cuál es la verdad según tú?
—Que no la quieres dejar —Daniel había llegado y estacionó el auto—. La amas y al parecer más que a mí. —Daniel solo me veía—. Lo mejor será que me vaya. —Me quité el cinturón de seguridad y me iba a bajar, cuando sentí cómo jalaba de mi brazo y me sentaba nuevamente, besándome apasionadamente.
—No... —un beso— la... —otro beso— amo... —un último beso—. Siente quiero, no puedo decir que te amo, porque no me he enamorado, pero estoy seguro de que estoy sintiendo algo por ti y, cada vez que estás cerca de Carlos, sé que me hierve la sangre de verlos tan cerca. No sé qué es el amor verdadero o lo que es estar enamorado, pero no te quiero perder, te quiero a mi lado si es posible para siempre. Eres una niña demasiado especial, única y muy caprichosa. Pero así te quiero, mi Cerecita linda.
Si no estaba segura si Daniel me gustaba, lo confirmé: Daniel tenía que ser mío, tenía que ser mi novio; yo tengo que ser su vida entera. Lo quiero y lo quiero mucho.
Me lancé a besarlo y me coloqué sobre sus piernas.
El beso era lujurioso pero necesitado. Nos tuvimos que separar por falta de aire.—Has caído en mis redes.
—No totalmente, bonita.
—Pero lo harás —le digo eso al oído, y solo pude sentir una nalgada en mi culo—. ¡Oye!
—Deja de portarte mal.
—Yo no hice nada.
—¿Provocarme es hacer nada?
—¿Acaso no puedes aguantar?
—Contigo encima, no, no puedo.
—Nunca lo he hecho en un auto— lo conozco y sé que eso iniciaría una de las mejores rondas de sexo del día
—¿Quieres probar? —lo dice metiendo sus manos entre mis nalgas, apretándolas.
—Dani~...
—¿Estás necesitada de mí?
—Sí, estoy necesitada.
—¿De quién? —me da una nalgada.
—¡Ah! De ti.
—¿Y quién soy yo?
—El amigo de mis hermanos —lo digo en tono sarcástico y empiezo a reír, hasta que vuelvo a sentir dos nalgadas seguidas.
—¿Te divierte?
—No, ya no— el ríe— eres un fetichista—
—lo soy, te repito, ¿quién soy?
—Daniel.
—¿Y qué hace Daniel por ti?
—Me satisface.
—Así me gusta, que me hagas caso.
—¿Ah, sí?
—Sí.
Y juntamos nuestros labios...
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!El Sexy Amigo de Mis Hermanos!
RomanceSe trata de Verónica una adolescente de 18 años, que por desgracia tienes tres hermanos mayores super posesivos, territoriales y celosos que no les temblaría la mano para matar a quien se meta con su princesa... Daniel es el mejor amigo de estos tr...