La normalidad

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El siguiente día en la oficina local empezó con un inusual murmullo de voces bajas y risas contenidas. Todos estaban dispersos por la sala, pero la atención colectiva estaba claramente enfocada en la entrada, esperando la llegada de Morgan y Mia.

Prentiss y Garcia estaban en una conversación animada cerca del escritorio de la última, mientras Rossi, con una taza de café en la mano, las observaba con una sonrisa curiosa. Reid, aunque intentaba concentrarse en unos archivos, claramente no podía evitar levantar la vista de vez en cuando.

—Apuesto lo que queráis a que Morgan y Mia llegan juntos hoy —dijo Prentiss, con una sonrisa cómplice.

—¿A quién quieres engañar, cariño? —respondió Garcia, casi canturreando—. Ya lo sabíamos desde hace días. El buen Derek Morgan no puede resistirse a un reto, especialmente cuando el reto tiene que ver con alguien tan formidable como nuestra querida jefa local.

—Bueno, eso es evidente —comentó Rossi con tono relajado—. Pero lo que quiero saber es... ¿qué tan buena habrá sido esa mañana para ellos?

Reid, sentado a poca distancia, hizo una mueca de disgusto. No había manera de que esas imágenes no se infiltraran en su mente.

—¡Ugh, Rossi! No necesito escuchar eso —protestó Reid, moviéndose incómodo en su asiento.

Garcia se acercó a él, dándole un golpecito en el hombro.

—Oh, mi querido y adorable Reid. La vida adulta está llena de cosas incómodas. Pero, dime, ¿qué harías tú si de repente descubrieras que tu mejor amigo y tu jefa... bueno, ya sabes?

—¡No lo sé! —Reid se revolvió, visiblemente perturbado por el giro de la conversación—. No quiero ni pensarlo, para ser sincero. Gracias, Garcia.

Prentiss rió, divertida por la reacción de Reid.

—Vamos, Reid. Admitámoslo, tienen química. Y, si puedo ser honesta, Mia no es precisamente desafortunada... Morgan es un tipo... con muchas cualidades.

—¡Demasiada información! —protestó Reid, casi cubriéndose los oídos, incapaz de soportar más detalles. Después de un momento de incómodo silencio, continuó—: Además, mi hermana es maravillosa... mental y físicamente. ¿Sabíais que existe una correlación directa entre la percepción de belleza y la proporción áurea en el cuerpo humano? La relación entre la cintura y las caderas, por ejemplo, es un indicador clave de atracción, y Mia tiene una proporción cercana al ideal de 0.7, lo cual es científicamente comprobado que...

Reid se detuvo de golpe, dándose cuenta demasiado tarde de lo que acababa de decir. Todo el equipo lo miraba con las cejas levantadas, y luego explotaron en carcajadas.

—Reid... ¿acabas de decirnos, en términos científicos, que tu hermana tiene un gran trasero? —preguntó Prentiss, entre risas.

—¡No, eso no es lo que quise decir! —balbuceó Reid, completamente avergonzado, mientras el equipo seguía riendo, disfrutando del momento.

Garcia, intentando contener las lágrimas de la risa, añadió:

—Bueno, al menos ahora sabemos que la ciencia respalda el buen gusto de Morgan.

Reid solo pudo suspirar mientras se hundía en su silla, deseando que la conversación terminara, mientras las risas seguían resonando en la oficina.

El equipo de la BAU no pudo evitar detenerse en seco al ver a Morgan y Mia entrar juntos. Aunque ambos intentaban mantener una fachada profesional, la chispa entre ellos era evidente, y no se les escapó a sus compañeros, que intercambiaron miradas cómplices.

Prentiss fue la primera en romper el silencio, levantando una ceja y diciendo en voz baja:

—Alguien ha tenido una buena mañana...

García, incapaz de contener su entusiasmo, se inclinó hacia Reid y murmuró:

—¡Ay, lo afortunada que es Mia! Aunque, científicamente hablando, ¿crees que Morgan también tiene proporciones perfectas?

Reid, ya bastante mortificado por su anterior comentario, cerró los ojos con resignación y se hundió en su silla.

—Por favor, no más ciencia hoy... —susurró, sin atreverse a mirar a su alrededor.

Rossi, siempre observador, se acercó a Prentiss y comentó en tono jocoso:

—¿Crees que están hablando de lo bien que quedó el informe de ayer? Porque esa es exactamente la expresión que yo tendría después de una noche de revisar casos...

Prentiss soltó una risita mientras observaban cómo Mia y Morgan caminaban hacia el área común. Había algo en la forma en que Morgan se inclinaba un poco hacia ella, o en cómo Mia jugaba distraídamente con un mechón de su cabello, que delataba que la "revisión de casos" no había sido lo más interesante de su noche.

—Lo que sea que estén hablando, no es trabajo —añadió JJ, divertida, mientras les echaba un vistazo desde su escritorio.

—Vamos, apostad —dijo Rossi, sonriendo—. ¿Cuánto tiempo les damos antes de que se escapen a algún rincón para seguir... hablando?

Las risas siguieron en silencio entre el equipo, mientras Mia y Morgan finalmente se separaban, él dirigiéndose a su escritorio, y ella a su despacho, con una última mirada que delataba más de lo que intentaba esconder. Sin embargo, lo que también llamó la atención fue la mirada de Kevin, que no parecía compartir la diversión del resto del equipo. Él observaba a Mia con un aire de incomodidad, aislado del bullicio de sus compañeros.

García, siempre perceptiva, lo notó, pero decidió dejarlo pasar, al menos por el momento. Sabía que las cosas en la oficina no eran siempre lo que parecían.

Mentes Criminales: La hermana de Reid (Derek Morgan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora