El ambiente en la pequeña y destartalada casa se volvió tan denso que parecía que el aire era más difícil de respirar. El silencio que siguió a las últimas palabras de Morgan era casi insoportable. Kevin no dejaba de mirarlo, con el odio palpitando en sus ojos, mientras Reid mantenía su cuerpo tenso, listo para cualquier cosa. Mia, aún sentada en el suelo, intentaba controlar sus nervios, sabiendo que la situación era más peligrosa de lo que nunca había enfrentado antes.
Entonces, ocurrió.
Kevin lanzó una rápida mirada a Thomas, una señal casi imperceptible, pero clara. El tiempo pareció detenerse por un segundo. Reid lo vio, pero fue demasiado tarde para reaccionar. Thomas, quien había estado en su propio mundo, observando la escena con su retorcida sonrisa, de pronto se levantó con una velocidad inesperada, sacando una navaja de su bolsillo. Su expresión se torció en una mueca de pura maldad mientras se abalanzaba sobre Mia, gritando con una furia inhumana.
—¡Si no es para mi hermano, no es para nadie! —bramó Thomas, su voz resonando en la pequeña habitación como un eco de pesadilla.
Mia intentó retroceder, sus ojos abiertos de par en par por el terror. El filo de la navaja brilló con la luz tenue de la bombilla, y el tiempo pareció ralentizarse mientras la cuchilla avanzaba hacia ella. Todo sucedió en un parpadeo, pero para ella, cada segundo fue eterno. Su cuerpo no respondía, congelado por el miedo, por la imposibilidad de escapar.
De pronto, una figura se interpuso. Morgan, con la determinación grabada en su rostro, se lanzó entre Thomas y Mia, bloqueando el ataque con su propio cuerpo. El sonido del metal chocando contra la carne resonó en la habitación, una puñalada muda que dejó a todos sin aliento. Thomas, sorprendido por la resistencia, empujó con más fuerza, el cuchillo hundiéndose más en el cuerpo de Morgan mientras ambos forcejeaban.
—¡Morgan! —gritó Reid, su voz quebrada por el horror, incapaz de moverse lo suficientemente rápido.
Morgan no soltó ni un solo grito, pero su rostro se contrajo en una mueca de dolor. Con una fuerza sobrehumana, intentó mantener a Thomas alejado de Mia, pero el dolor lo debilitaba con cada segundo que pasaba. El cuchillo seguía incrustado en su abdomen, y con cada movimiento de Thomas, el filo se retorcía más dentro de su carne. La sangre comenzó a brotar, empapando su camisa, oscura y densa, mientras Morgan sentía cómo su energía lo abandonaba.
—¡Detente! —gritó Morgan, su voz grave, mientras mantenía sus manos firmemente alrededor de la muñeca de Thomas, intentando evitar que el cuchillo profundizara más. Pero Thomas, completamente desquiciado, seguía empujando con una fuerza frenética, como si su vida dependiera de esa acción.
La fuerza de Morgan comenzaba a fallar. El dolor era insoportable, y poco a poco, la oscuridad empezó a apoderarse de su visión. Sabía que su cuerpo estaba cediendo, pero no podía dejar que Thomas la alcanzara. No Mia, no ella. Era su único pensamiento mientras luchaba por mantenerse en pie, mientras la sangre manaba de la herida y sentía que su conciencia se desvanecía lentamente.
—Morgan, aguanta, por favor —la voz de Reid era casi un sollozo, intentando acercarse sin exponerse más a Thomas. La desesperación lo estaba ahogando, pero no podía perder el control. No ahora. Entonces, disparó.
A pesar del disparo, Thomas soltó una risa fría, sus ojos brillando con locura. Con un último empujón, logró empujarlo hacia atrás. Morgan cayó de rodillas, el cuchillo todavía clavado en su abdomen, su respiración superficial y entrecortada. El mundo se volvía negro para él, los sonidos alrededor se volvían lejanos, como si estuviera bajo el agua.
—¡Derek! —gritó Mia, rompiendo su parálisis y arrojándose hacia él mientras Morgan caía al suelo, sus manos buscando desesperadamente cubrir la herida. Reid, que había estado observando todo con terror, se lanzó hacia Thomas, que no dejaba de sangrar.
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Mentes Criminales: La hermana de Reid (Derek Morgan)
Fiksi PenggemarMia Reid, hermana del genio del FBI Spencer Reid, lucha por mantener su vida profesional y personal en equilibrio mientras se enfrenta a una compleja serie de ataques en la ciudad costera donde trabaja. Su mundo se tambalea cuando Derek Morgan, un c...