Mentes Criminales: La hermana de Reid (Derek Morgan)

Irresistible

El lunes por la mañana, la atmósfera en la estación de policía local era más ligera que de costumbre. A pesar de que el equipo de la BAU estaba listo para volver al trabajo, aún quedaba la expectativa de una visita muy especial. Penélope García, la encantadora y siempre vibrante especialista en tecnología del equipo, había decidido hacer su primera aparición en el terreno.

Morgan y Reid ya estaban acomodados en la sala de reuniones cuando las puertas se abrieron y Penélope García entró con su típico estilo extravagante. Llevaba un vestido amarillo brillante con detalles en neón y gafas con marcos rojos, que parecía ser más propio de una gala que de una oficina de policía. Pero eso era parte del encanto de García: nunca se ajustaba a lo esperado.

—¡Oh, cielos! Esto es tan... gris —exclamó García al entrar, mirando a su alrededor con una expresión de falsa sorpresa—. ¿Alguien ha oído hablar de la decoración en este lugar?

Morgan soltó una carcajada mientras Prentiss levantaba las cejas, divertida. Reid no pudo evitar sonreír, acostumbrado al carácter exuberante de García.

—García, ya sabes que no todos tenemos tu sentido del estilo —bromeó Morgan, acercándose a saludarla.

—Bueno, es que no todos pueden ser tan fabulosos, querido —respondió ella con un guiño, mientras se acercaba a la mesa.

Pero lo que nadie esperaba era la reacción de Mia Reid. Cuando García entró en la sala, Mia, que estaba sentada revisando algunos archivos, levantó la mirada y, para sorpresa de todos, le sonrió. Y no era una sonrisa forzada o profesional. Era una sonrisa genuina, casi divertida.

—¿Tú debes ser la famosa Penélope García? —preguntó Mia, con una calidez que Morgan nunca había visto en ella hasta ese momento.

García se detuvo en seco, mirando a Mia con una mezcla de sorpresa y admiración.

—¿Famosa? ¡Oh, cariño, me estás haciendo sonrojar! —respondió García, llevándose una mano dramáticamente al pecho.

Mia soltó una pequeña risa y se levantó de su asiento, extendiendo la mano hacia Penélope.

—Mi hermano habla mucho de ti —dijo Mia, con una sonrisa que mostraba una faceta completamente diferente de la mujer con la que Morgan solía discutir.

—¿De verdad? ¿Qué dice de mí? —preguntó García, emocionada, mientras le estrechaba la mano con entusiasmo.

Reid, que estaba sentado al lado de Prentiss, soltó una risa nerviosa, sabiendo que Mia probablemente no iba a perder la oportunidad de hacer una broma a su costa.

—Oh, no te preocupes, García —dijo Mia, lanzando una mirada traviesa hacia su hermano—. Solo cosas buenas... la mayor parte del tiempo.

García lanzó una risita divertida, claramente encantada con la forma en que Mia manejaba la conversación.

—Bueno, querida, cualquiera que hable mal de mí es simplemente porque no me ha conocido lo suficiente —dijo García, girándose hacia Reid con una mirada cómplice—. Pero parece que tienes buen gusto en hermanas, Reid.

—Oye, no lo dudo —respondió Reid, alzando las manos en señal de paz—. Aunque Mia puede ser... impredecible a veces.

Mia rodó los ojos, pero aún con una sonrisa en los labios.

—Por favor, Spencer. No finjas que no disfrutas de un poco de caos en tu vida —dijo, volviendo a su asiento.

Morgan, quien había estado observando la interacción, no pudo evitar notar lo fácil que parecía la relación entre Mia y García. Era un contraste con la rigidez que Mia solía mostrar cuando estaban trabajando. Algo en la presencia de Penélope la hacía relajarse, lo que le resultaba fascinante.